"Hay momentos en los que siento vergüenza de estar en política". La frase sonó a epitafio y la pronunció el concejal de Vecinos por Candelaria (VxC), José Fernando Gómez, tras el espectáculo vivido ayer en el Ayuntamiento de Candelaria y solo segundos después de que la alcaldesa, María Concepción Brito, ordenara desalojar del salón de plenos a los vecinos de Bajo la Cuesta, en el que llevaban seis horas y en el que acababan de presenciar la negativa del gobierno municipal (no todo) a aplazar, hasta el 14 de noviembre, el desalojo del barrio, que comenzará a las nueves de esta mañana.

Lo pidió Gómez, recogiendo la sugenrecia de Mayca Coello (Sí se Puede), después de poner sobre la mesa un proyecto (la alcaldesa lo rebajó a un informe y presupuesto) elaborado por una empresa canaria especializada para restaurar el talud de Bajo la Cuesta, cuya ejecución, en seis tramos, duraría tres meses con 698.565,12 euros de coste y siendo necesario el desalojo parcial por un tiempo no superior a 10 días, siendo el realojo en cuatro habitaciones del hotel Punta del Rey (Las Caletillas) con un coste de 10.000 euros.

Esta propuesta (con proyección incluida) fue rechazada por 11 votos en contra (8 del PSOE y tres de CC) y 10 a favor (1 de VxC, 3 de SsP, 4 de PP y 2 de CC). La ruptura del voto en Coalición Canaria y en el grupo de gobierno (PSOE-CC) la protagonizaron Vaitiare Rodríguez y Romén Mantecón.

Juan Miguel Olivera (PP), Mayca Coello (SsP) y José Fernando Gómez (VxC) coincideron en reclamar, infructuosamente, la declaración de emergencia de la obra por ser una condición indispensable para el desalojo y para acelerar los trabajos de reparación del talud. También fueron una voz al demandar el aplazamiento del desalojo hasta la fecha máxima autorizada por el juez: 14 de noviembre.

La alcaldesa, el concejal de Urbanismo, Fernando Aduán, y el secretario municipal incidieron en que la emergencia no procede en el momento procedimental actual, solo será posible cuando el ayuntamiento tenga que ejecutar subsidiariamente la restauración del tramo del talud propiedad de la empresa Dani Ran. Precisamente Alduán asumió su responsabilidad y puso el cargo a disposición de la Alcaldía por el retraso y caducidad del expediente correspondiente a Dani Ran, lo que demorará la solución final.

Durante todo el pleno, los vecinos de Bajo la Cuesta exhibieron pancartas alusivas a lo desamparados que se sienten y al rechazao al desalojo, sino contra la alcaldesa ("Mari, marioneta de Sindo") contra Coaliciónj Canaria y, sobre todo, contra cada uno de los concejales de CC ("Juan Carlos Armas, no es un desalojo, es otro desahucio"; "Carlos Antonio (Sabina), te dí mi voto ¿para esto?" o "Joana Guanche, ¿me vas a dejar en la calle").

En todo momento expresaron su malestar con el gobierno local y aplaudieron a la oposición, pese a las reiteradas advertencias de la alcaldesa de que los desalojarían del salón de plenos, algo que ordenó finalmente y que no se materializó completamente porque concluyó la sesión.

El gobierno local se ciñó al guión mantenido desde el 27 de septiembre: han actuado según la ley, la medida se debe al grave peligro de desprendimiento del talud, trabajan para encontrar alojamientos alternativos y quieren que el desalojo dure lo menos posible.

La moción para recabar dinero supramunicipal para costear todo ello fue aprobada por unanimidad.

Realojamiento en el hotel Punta del Rey

El gobierno municipal anunciaba a última hora de la tarde que "todo aquel vecino que tiene acreditada como única vivienda la de Bajo la Cuesta y que no ha encontrado vivienda de alquiler será realojado por el ayuntaniento en el hotel Punta del Rey". Mientras se desarrollaba la sesión plenaria ordinaria, en Bajo la Cuesta se procedía a adoptar las primeras medidas materiales para proceder al cierre del acceso al barrio. Al tiempo, algunos vecinos aprovechaban para trasladar los enseres.