La escuela del futuro no está solo en Finlandia o en Estados Unidos; está en Bangladesh o en cualquier país olvidado. Lo recordó ayer Alfredo Hernando, ponente encargado de la lección inaugural del fi2, la mayor feria de innovación de Canarias, pero también, y de manera más empírica, en todos los centros, universidades y servicios científicos que se instalaron en Tenerife Espacio de las Artes (TEA).

El dinero no solo no da la felicidad, tampoco genera innovación porque sí. Podemos imprimir en tres dimensiones el cuerpo humano, utilizar drones o sustituir los libros por "tablets", pero también hacer del aprendizaje colaborativo, del modelo del aula invertida o de la enseñanza basada en la solución de problemas la metodología de aprendizaje.

Hernando, psicólogo e investigador, dirige desde el año 2013 el proyecto Escuela 21, una iniciativa que es el resultado de un viaje, durante dos años, por las escuelas más innovadoras del mundo.

El experto ha explorado en profundidad la metodología del "design thinking", la gamificación, los paisajes de aprendizaje, la integración tecnológica en el aula y la gestión de procesos de innovación y cambio en colegios. Colabora con equipos directivos que quieren llevar a cabo procesos de mejora y transformación. Entre otras entidades, Hernando ha colaborado con la Fundación Telefónica, con quien ha publicado el libro "Viaje a la Escuela del Siglo XXI. Así trabajan los colegios más innovadores del mundo". La publicación fue repartida ayer por todos los estands de este "mercadillo de la innovación" que ha puesto en marcha el Área 2030 del Cabildo de Tenerife a través del Parque Científico y Tecnológico de Tenerife (PCTT).

Para él, lo que determina que un centro sea innovador o no es si es capaz de dar respuesta a un problema o, en otras palabras, de desarrollar un proyecto vital. Esa actitud, esa predisposición, existe en muchos colegios que cuentan con equipos de docentes motivados.

La muestra de ayer es la prueba de que se puede innovar a pesar de la crisis y de la falta de presupuesto. El dinero sí importa, pero no lo determina todo. "Una enseñanza basada únicamente en la transmisión de información no es una educación para el siglo XXI. Las nuevas generaciones deben utilizar modos diferentes de trabajo, ser capaces de extraer conocimientos relevantes de la información que nos rodea, aprender de manera colaborativa y desarrollar competencias y nuevas habilidades". Ahí está la verdadera innovación que ya está cambiando algunas escuelas. Son la avanzadilla.

La ULL también innova... y premia la innovación

También hay innovación docente dentro de la Universidad. El Secretariado de Formación e Innovación Educativa del Vicerrectorado de Docencia de la Universidad de La Laguna estuvo presente en la feria que empezó ayer explicando qué se puede hacer para implantar nuevas formas de enseñanza. Los nuevos títulos que se diseñaron con la llegada del plan Bolonia implicaban un mayor protagonismo del alumno a la hora de aprender. Por tanto, los docentes deben ser más facilitadores que dueños del conocimiento. En ese sentido, algunos profesores han desarrollado proyectos en esa línea.

651 proyectos de innovación educativa

Desde el curso 2009/10 en la Universidad de Aguere se han desarrollado 651 proyectos de innovación educativa. El aumento de proyectos ha ido creciendo poco a poco. El primer curso solo se presentaron 29 y el pasado se registraron 106. El Vicerrectorado premia las mejores iniciativas cada año con la idea de incentivar y difundir estas "buenas prácticas". El próximo certamen está programado para el mes de mayo del año que viene. Plataformas online, sistemas de tutorías personalizados o de prevención del fracaso académico en universitarios que practican deporte o el uso del hipervídeo en el aula: las iniciativas son muy variadas y van desde metodologías educativas hasta trabajos sobre temáticas concretas.