El Iberostar Tenerife sigue viviendo un comienzo de liga de ensueño y los de Vidorreta ganaron ayer a un Retabet Bilbao que no pudo con la ambición de los canaristas. No hay dos sin tres y por tercera temporada consecutiva, los laguneros vencieron en el infierno de Miribilla. Lejos de quemarse, su gran trabajo coral, con cuatro jugadores por encima de los diez puntos (Hanley, Vázquez, Beirán y White) le permitió superar malos momentos. El equipo de Vidorreta demostró que van en serio e hizo unos últimos 15 minutos para enmarcar, leyendo bien el partido, haciendo un baloncesto básico y fluido, acabando así con la feroz resistencia de los vizcaínos.

El inicio fue esclarecedor del distinto juego de los contendientes. El Iberostar Tenerife sacaba ventaja en las penetraciones a canasta y en los bloqueos y continuaciones. Davin White, recordando su gran partido de la pasada campaña en esta cancha, anotaba nueve de los 13 primeros puntos de su equipo en los primeros cinco minutos.

Los tinerfeños, muy concentrados, lograban un esperanzador 10-15, pero los vizcaínos pronto ajustaron su defensa. Ni siquiera la segunda unidad frenaba un 11-0 de parcial. Los locales se hacían fuertes en la pintura y sus pivots, bien al primer intento o tras recoger rebotes ofensivos, martilleaban a un Iberostar ahora superado. Tras casi cinco minutos de sequía, un triple de Beirán paró de alguna forma la avalancha de un conjunto vasco más equilibrado.

En el inicio del segundo cuarto los de Vidorreta cambiaron el guion. Era el momento de los lanzamientos exteriores. Entonces, Doomekamp y Beirán se echaron el equipo a la espalda para devolver la ventaja a los visitantes. Un 0-9 de parcial ponía el 28-32 en unos buenos minutos de intensidad y acierto en ambas canastas. Fran Vázquez se colgaba del aro, Eric sumaba su tercera falta y, aunque White no anotaba, repartía asistencias a sus compañeros.

Parecían los mejores augurios para un equipo visitante ahora con más focos de anotación. Sin embargo, el Retabet se agarraba al oficio de Mumbrú y la calidad de Buva para evitar la escapada insular. Por si fuera poco dos triples de Nikolic, el último sobre la bocina, dieron el 44-43 al descanso.

En la reanudación, se mantuvo el pulso. Los aciertos en el triple se sucedían en ambos aros, lo que perjudicó a los isleños. Aunque Beirán ejecutaba las operaciones, enfrente cualquier jugador era una clara amenaza desde el 6,75. El alocado ritmo era una tortura y el marcador se estiraba al 57-50. Ahí apareció en escena Niang, que con su intensidad y dos canastas casi consecutivas empezó a dar aire a los visitantes. Un mate de un hiperactivo Hanley cerraba el tercer cuarto con un Iberostar ahora con más poso en tareas defensivas.

Se empezó a igualar la cuestión del rebote y secundarios como Bassas daban una buena rotación para lograr un 0-11 de parcial, dando un 62-68 a ocho minutos para la conclusión. Aún quedaba mucha pelea pero el rival ya sin tanta continuidad en el acierto de tres empezaba a ahogarse. La defensa tinerfeña funcionaba a pleno rendimiento y en ataque se aprovechaba el bloqueo directo para que cualquier jugador visitante fuera consiguiendo canastas fáciles.

Aún los vizcaínos hicieron un último intento, pero se quedaron en el 69-70. Ahí los hombres de Vidorreta supieron mantener la calma necesaria, sin variar su buen juego estático en ataque. El cerebro de San Miguel hacía el resto y por si fuera poco el base, inédito en la anotación hasta entonces, acumuló siete puntos en esos últimos instantes, donde cada posesión y cada canasta valían su peso en oro.