El CD Marino ha encontrado en Toni Dumpiérrez al conductor ideal de un equipo que no inició la Liga como favorito a competir por acceder a la promoción de ascenso y que se ha consolidado entre los mejores del Grupo Canario de Tercera.

Ha transcurrido casi un tercio de la competición y el Marino está en el segundo puesto, empatado con el líder. No es una casualidad.

No. En el tiempo que ha pasado, está quedando reflejado el esfuerzo, el compromiso y la implicación de los futbolistas. Todo eso se ve traducido en el premio que tenemos en la clasificación y en la tranquilidad que estamos obteniendo.

¿La implicación es un argumento más para explicar el éxito?

No es uno de los argumentos; es el argumento. Me refiero a la implicación de los futbolistas, a su compromiso. Son dos factores fundamentales que han situado al Marino con 23 puntos en la tabla.

¿Cómo se forma un grupo tan comprometido?

Con el día a día. Primero, con la voluntad del propio grupo de querer ser un equipo, y con el estímulo de esos valores que entendemos que son fundamentales en la consecución de cualquier objetivo colectivo. La experiencia nos ha enseñado que cualquier equipo que consigue algo, se sustenta sobre un buen vestuario.

¿Es el caso del Marino?

Sí. El Marino tiene un grupo bastante implicado y comprometido. Hay diferentes personalidades y estilos, pero cada uno sabe poner todos esos factores en un segundo lugar cuando toca unir fuerzas.

También pasa que los entrenadores encajan mejor o peor en un determinado club o momento.

El entrenador es un elemento dentro del equipo que puede tener una incidencia negativa o que, simplemente, deja fluir las cosas y las conduce para que todo vaya conjuntándose. Hay veces en las que un mismo entrenador es capaz de sacarle muchísimo rendimiento a un grupo y, en cambio, en la temporada siguiente no consigue lo mismo con otro. La influencia de un entrenador no es que sea aleatoria, pero tampoco es determinante. A mí no me gusta hablar del "equipo de...". Lo importante en un equipo de fútbol son los futbolistas. El entrenador, el cuerpo técnico, la directiva y todos los elementos que hay alrededor, son necesarios, pero los protagonistas son los futbolistas; son los que traducen los esfuerzos de los demás en realidades.

¿Y cuando se habla de un equipo de autor, del sello del entrenador?

Hay veces en las que el entrenador tiene más influencia. Hay algunos que tienen una personalidad bastante fuerte y se dejan sentir en el vestuario. Pero hay otros que, en vez de eso, tienen una sutileza importante para dejar fluir las cosas de forma que acerquen al equipo al objetivo necesario.

¿Con qué modelo se identifica?

Yo creo en el equilibrio. Hay que ir buscando las dos cosas. Debes tener una cierta capacidad de liderazgo para aunar todas las energías, pero es más importante saber dejar fluir ese potencial. Está el entrenador de la personalidad arrolladora, de un liderazgo absoluto, el que intenta que todo se mueva según lo que diga y ordene, y está el que es capaz de conducir energías, emociones, sentimientos... Y hacerlo buscando el interés común. Este es mi modelo.

¿Nota que el Marino ha crecido con el alimento de los puntos?

El Marino es un equipo fundamentalmente joven. Hay muchos sub''23. En el lado positivo tenemos la ilusión, y en el negativo, la falta de experiencia y oficio. La competición y los minutos te hacen crecer; y la ilusión de estar ahí, te hace ser más competitivo. En el vestuario hay una palabra que utilizamos cada día, y esa palabra es "competir". Vivimos, entrenamos y trabajamos para eso, porque entendemos que el fútbol es cosa de dos, de tu equipo y de un rival al que no hay que olvidar. Para dirimir quién se lleva el gato al agua, hay que aprender a competir.

¿Hay palabras prohibidas? ¿Da vértigo ser aspirante al ascenso?

La palabra vértigo ha aparecido en alguna ocasión. Lo único que está prohibido en el vestuario del Marino es hablar de algo que no sea más allá del próximo domingo. Pero está prohibido por asunción. La plantilla cree que es verdad. Y también está prohibido sacar pecho y los síntomas de vanidad.

Seguro que no lo diría si lo pensara, pero ¿teme que el equipo se pueda caer de repente?

Llevo muchos años en el fútbol. He visto muchas cosas. Estoy orgulloso y contento con el equipo, pero sé lo que es el fútbol. Por eso, soy el primero en manejar el discurso de ir semana a semana. Y lo digo convencido: en el fútbol eres lo que hiciste el último domingo. Está montado así. Hay que saber manejar las emociones, y mucho más en una plantilla joven.

¿Cómo juega el Marino?

Como sello, intenta ser ordenado y defensivamente organizado para, a partir de ahí, querer la pelota, crecer desde el orden y atacar.