La montaña de San Roque es uno de los pueblos más tranquilos de La Laguna, un lugar a medio pie de ámbito rural de su extraordinaria atalaya y el bullicio urbano que distingue a su ladera y el enclave de La Verdellada. Pero esa tranquilidad la están rompiendo los gamberros que han tomado la plaza del pueblo y sus alrededores como el lugar idóneo de dar rienda suelta a su malicia.

Y en esta ocasión le tocó al Centro Ciudadano de San Roque, un espectacular edificio donde la asociación de vecinos tiene su sede y en el que han aparecido grafitis y pintadas. Precisamente, con el recuerdo todavía fresco de las pintadas en los muros de la histórica ermita en enero de este año, la indignación vecinal es total y reclaman al ayuntamiento medidas para evitar esta lacra.

"Es lamentable que los vecinos se maten a trabajar para conseguir cosas y vengan unos gamberros a estropear todo. Es gente que no es de aquí y que han tomado la plaza para sus cosas, desde echarse unas cervezas y otras cosas más hasta dejar todo sucio cada fin de semana. Y ahora esto", indicó el presidente de la AV San Roque, Fernando Palmero.

El histórico dirigente reclamó más presencia policial en el pueblo "ya que aquí los gamberros hacen lo que les da la gana. Los vecinos que viven aquí son muy buena gente, amistosos y gentiles y les gustan las visitas, pero no para ensuciar todos los espacios de la plaza ni dejar las pintadas para el recuerdo".

"Claro que se pueden hacer cosas. Si cogen a los grafiteros y no les pasa nada, siguen haciendo de las suyas. Se les debe sancionar con grandes multas y que sean los padres los que las asuman. Vería usted si el problema acaba", apuntó Palmero, criticando además "a los que vienen a soltar los perros en la plaza para que hagan sus necesidades. Al final la porquería nos la comemos nosotros. Han convertido la plaza en un espacio para perros", denunció con vehemencia.

No obstante, Palmero quiso destacar "el gran trabajo que hacen los operarios de Urbaser en esta zona, a pesar de los gamberros que se dedican a ensuciar todos los rincones de la plaza. Cada vez que se les llama, vienen y dejan todo como una patena", concluyó el dirigente vecinal.