A la tercera va la vencida. El pleno del Consejo Escolar de Canarias (CEC) votará este sábado por tercera vez si Ramón Aciego de Mendoza, vicepresidente y único candidato, accede a la presidencia, que quedó vacante en septiembre cuando se jubiló María Dolores Berriel, que llevaba dos legislaturas en el cargo. Es la primera vez que la elección de un presidente se dilata tanto, lo que no solo es un inconveniente burocrático para el funcionamiento del órgano consultivo, sino que pone en riesgo su independencia.

Este temor, reconocido a este periódico por cuatro fuentes de distintos sectores de la comunidad educativa -que están implicadas pero que prefieren quedar en el anonimato-, es fruto de la aplicación "estricta" de la normativa vigente. El texto establece que hay que alcanzar mayorías cualificadas para que un candidato pueda acceder al cargo. En la primera votación, celebrada hace un par de semanas, esa mayoría debía ser de dos tercios del quórum, es decir, de todos los miembros del pleno y no solo de los presentes. La ausencia de algunos, "en ocasiones por razones peregrinas", según las fuentes, ha hecho que el sustituto de Berriel no pueda acceder a la presidencia aún.

El reglamento del Consejo, reformado en el año 2003, establece que la Consejería será la encargada de nombrar al presidente si nadie consigue los apoyos suficientes tras tres votaciones. En la primera debe alcanzarse una mayoría de dos tercios, y en la segunda y la tercera, en caso de producirse, de tres quintos.

Esta "sorprendente" situación ha hecho que distintos sectores del Consejo empiecen a especular sobre las razones que han llevado a algunos de los miembros a no acudir a las dos votaciones celebradas y sospechen que existe una estrategia para que la Consejería de Educación pueda nombrar a dedo este cargo, tal como ocurre en otras regiones. La Consejería, consultada por este periódico, ha insistido en que el proceso electoral del Consejo es totalmente independiente y que la Administración no participa.

En cualquier caso, más allá de suposiciones, la comunidad educativa lamenta que una norma tan estricta, que exige mayorías que "no se necesitan ni para nombrar a un presidente de gobierno", esté poniendo en peligro la esencia del Consejo. De hecho, solo con que el sábado la previsión meteorológica no permita algunos miembros viajar hasta Tenerife, el cargo de presidente quedaría en manos de la Consejería.

El CEC lleva ya un año trabajando en una reforma de su reglamento de funcionamiento, pero las dificultades para alcanzar consensos en aspectos diversos que contempla la normativa han dificultado la elaboración de un texto que pueda ser elevado al Parlamento regional.

En la actualidad, el Consejo Escolar de Canarias es una "rara avis" dentro del territorio español. Es el único en el que sus miembros eligen democráticamente al presidente. Sin embargo, la búsqueda de consensos puede acabar siendo perniciosa en este caso. Por eso, algunos afectados han solicitado que las mayorías exigidas sean sobre el total de miembros que acudan al pleno y no sobre los miembros efectivos. La interpretación de la norma ha sido evaluada por juristas, pero no han emitido un veredicto unánime. En este contexto, el CEC ha preferido aplicar la normativa en el sentido estricto.