Algo se quebró la noche del 30 de septiembre de 1987. La mejor pareja de americanos de la historia del CB Canarias, Mike Harper y Eddie Phillips, se marchó hasta Playa de Las Américas para divertirse en el Bobby''s, un conocido local de Las Verónicas. Los dos jugadores aurinegros se vieron envueltos en una reyerta a la que no quisieron poner punto final después de salir del local con ciertas dificultades. Phillips regresó y disparó dos veces con una pistola contra una cristalera.

Horas después, era localizado en Candelaria junto a su novia y detenido. Fue trasladado hasta las dependencias de la Guardia Civil en Granadilla de Abona, de donde solo salió después de que el club abonara una fianza de dos millones de pesetas de la época.

En las noticias de entonces, se da otra versión de lo acontecido. Manuel Martínez "Farrique", directivo del Canarias, contaba entonces que a Harper y Phillips no les sirvieron una copa "por ser negros". Esto originó la pelea, que provocó, poco después, su salida de la entidad canarista. "Fue un gran error por mi parte, que indudablemente conllevó mi salida de un país en el que estaba muy bien", explica 29 años después en el portal de la ACB.

A sus 55 años, Phillips ha regresado a Alabama, donde trabaja en un Home Depot, una cadena de electrodomésticos. "Todo surgió porque Mike y yo nos pusimos a hablar con unas chicas que había en el local. Uno de sus dueños se puso celoso porque imagino que a ellas les llamó la atención nuestra altura y tamaño. Así es que alguien nos tiró un vaso y empezó la pelea. Intentamos defendernos, pero los vigilantes del local nos golpearon la cabeza con bates de béisbol. Llegué a pensar que nos iban a matar", rememora el exjugador estadounidense.

Phillips asegura que usó su pistola, de la que no tenía licencia en España, para defenderse. "Con rabia y estupidez, lo único que hice fue disparar hacia las ventanas, aunque fue de una forma imprudente. Gracias a Dios, no le di a nadie, pero fue un incidente que nos ocasionó a mi novia y a mí mucha pena", admite dolido. El asunto salpicó a su excompañero Mike Harper. "También le fastidié a él, a mis compañeros, entrenadores, directivos, al presidente, a los aficionados y a toda la isla de Tenerife con aquello". Eddie, que asegura ser un hombre distinto, pide perdón por lo sucedido hace casi tres décadas: "Estoy muy arrepentido por un acto violento e irracional. Mirando atrás, la gravedad de lo que pasó me ayudó a ser más calmado a partir de entonces", dice.

Phillips, que protagonizó otros actos de indisciplina, tenía un carácter difícil. Pero su enorme calidad dejaba esas dificultades en un segundo plano. Durante sus años en el cuadro lagunero, promedió 30,2 puntos (con un tope de 52) y 9,5 rebotes en 37 minutos. En 1988 continuó su carrera en el Hapoel Holon israelí. "Canarias es uno de los sitios más hermosos de la Tierra. El clima era casi perfecto y la gente, muy amable. Los aficionados eran apasionados y siempre me animaban chillando. Me gustaría volver algún día", comenta.

El incidente ocasionó un gran revuelo en la Isla

Eddie Phillips sale de un vehículo de la Guardia Civil en aquellos días de mal recuerdo para el aficionado aurinegro, que perdería a su gran ídolo a raíz de aquel desagradable incidente.