Siete de las 11 familias que estaban alojadas en el hotel Punta del Rey desde que fueron desalojadas de Bajo la Cuesta el 27 de octubre tuvieron que abandonarlo ayer a mediodía por decisión del gobierno municipal de Candelaria, a pesar de que la reserva realizada por las autoridades expira hoy. Se marcharon "sin saber a dónde" y con el único apoyo de sus convecinos. La alternativa que barajaron fue acampar. El lugar lo decidieron ya de noche: En la entrada a Bajo la Cuesta.

No disponen ni de ayuda económica de emergencia para alquilar ni de un alojamiento porque son propietarias de una segunda vivienda, no están empadronadas o no pueden justificar que residían en el barrio. Así lo determinó el área de Servicios Sociales, mientras que los afectados defendían su derecho a ser acogidos por el ayuntamiento porque esas otras propiedades estaban cedidas a sus hijos desde hacía muchos años (tantos o más que el actual periodo de crisis económica) y porque el empadronamiento les fue impedido por el propio consistorio.

Varias de las siete familias dejaron el hotel ayer desde temprano "porque tenemos que irnos a trabajar"; otras esperaron varias horas sobre el horario previsto (12:00) porque en la recepción del establecimiento se negaron a recoger las llaves de las habitaciones al expirar hoy la reserva hecha por el grupo de gobierno. Las autoridades tardaron casi dos horas en responder al establecimiento y a los vecinos que la salida del hotel debía producirse ayer.

"En esa Alcaldía no hay corazón. A esta señora, Carmen, le dan una casa mañana y la echan hoy del hotel. ¿Dónde pasará esta noche?".

Ayer continuó el ir y venir de estos vecinos a la Concejalía de Servicios Sociales para seguir los trámites burocráticos que precisa esta circunstancia. "Nos están toreando. Esto se parece cada día más a Cho Vito", llegó a escucharse en algún momento de la espera.

Otra interrogante que se plantearon fue "para qué se han gastado tanto dinero (calculan que más de 10.000 euros) en seis días de hotel cuando podían haber esperado al próximo lunes para desalojarnos".

Pasadas las siete y media, ya de noche, los vecinos empezaron con el montaje de las casetas de campaña que les sirvieron de cobijo durante la primera noche sin alojamiento alternativo. Se ubicaron en la entrada al barrio Bajo la Cuesta, "cerca de nuestros hogares". Pero no han descartado que la acampada se ciña a este espacio, del que esperan no ser desalojados y donde permanecerán "a la espera de que Unelco comience los trabajos en el talud, como viene diciendo esta alcaldesa. ¿Será otro engaño?".