Carlos Ruiz, el blanquiazul con más minutos hasta su lesión contra el Cádiz desde la vuelta del Tenerife a la Segunda División, se sentó en el banquillo ante el Numancia por cuarta vez en Liga desde su llegada a la Isla. Dos de las tres anteriores tienen explicación. En la primera, Álvaro Cervera quiso reservar al de Baza para el derbi que tenía cuatro días más tarde ante Las Palmas y le dejó sin jugar contra el Girona (temporada 13-14). La más reciente fue en la última jornada del pasado Campeonato, ya sin nada en juego contra el Bilbao Athletic, en la que Martí decidió dar minutos a otros centrales.

Solo Raúl Agné cometió el "sacrilegio" de relegar a la suplencia al experimentado zaguero en la cuarta jornada del curso 15-16 contra el Oviedo. El cuadro insular, por cierto, nunca ganó sin él en el campo. Tampoco lo hizo el pasado sábado cuando su entrenador prefirió mantener a Germán y Alberto en el once contra todo pronóstico. "El míster sabía que estaba a su disposición. Fue una decisión de él que me quedara en el banquillo y no hay que darle más vueltas. Hay que esperar, trabajar y estar preparado", comentó ayer tratando de escapar de un tema que resulta casi inédito en la Isla.

El de Baza asegura que no tiene "ansia" por volver y prefiere centrarse en "trabajar durante la semana a buen ritmo igual que mis compañeros" antes de que sea el técnico el que tome la decisión sobre el once. Lo que más lamenta es "no poder ayudar", ya que lleva muy mal lo de estar ausente del césped. "Los partidos que he tenido que ver en mi casa o desde el banquillo se viven con mucho nerviosismo", confesó Ruiz que se perdió sus primeros encuentros por lesión (fractura de malar) desde que viste de blanquiazul.

Ni siquiera se plantea las razones por las que el técnico se decantó por Germán y Alberto para el once ante el Numancia. "Quizás sea porque se adaptan mejor al rival al que nos enfrentamos y porque lo están haciendo bien", dijo. Sobre su inhabitual suplencia, Ruiz insiste en que no se le hace "extraño", puesto que a lo largo de su carrera lo ha vivido. "Aquí no tanto, pero en otros equipo sí. Somos una plantilla de 22-23 jugadores que quieren jugar y solo saltan 11 al campo", comenta con respeto.

De momento, se centra en esforzarse para recuperar el sitio ante el UCAM. "Es un partido muy importante. Tenemos que aprovechar que es en nuestro campo", comentó el central sin valorar el mal balance de este curso, aunque recordando que el juego en el último encuentro no dejó satisfecho al público. "El otro día se portaron bien con nosotros a pesar de que no estuvimos acertados. Se merecen que consigamos los tres puntos por ellos y para salir poco a poco de abajo", indicó recordando que "ganando serían cuatro partidos sin perder, entraríamos en otra dinámica y ganaríamos confianza".