La cumbre del clima de Marrakech (COP22) concluyó hoy con la aprobación de un documento que da los primeros pasos en la redacción de un conjunto de reglas que regirán el Acuerdo de París y que deberá estar concluido en 2018, dos años antes de que el pacto empiece a funcionar.

Tras dos semanas de reuniones, los cerca de doscientos países que integran la convención de cambio climático de la ONU han acordado ciertos avances en materia de financiación climática, dando continuidad más allá de 2020 al Fondo de Adaptación del Protocolo de Kioto que expiraba ese año y que ahora se incorporará al Acuerdo de París.

Los países ricos se han comprometido, además, a aumentar progresivamente, tras 2020, la cifra de 100.000 millones de dólares que se va a movilizar anualmente para la financiación climática a partir de ese año de fondos públicos y privados.

La adopción de estos acuerdos se ha producido al filo de la medianoche en Marrakech en un clima de gran tensión en tanto que el delegado de Bolivia ha dicho que su país no aceptaba el acuerdo una vez aprobado, y el de India ha alzado la voz para sumarse a la confrontación del acuerdo.

El delegado boliviano ha mostrado el desacuerdo de su país con el hecho de que del texto hubieran desaparecido las referencias a un marco temporal común a todos los países en sus compromisos de reducción de emisiones en el futuro; es decir, que todos los países presenten sus objetivos en el mismo periodo de tiempo.

Finalmente, y tras un receso, el presidente de la COP22, Salahedín Mezuar, se ha comprometido a incluir las reservas de estos países como anexos al acuerdo, que quedó aprobado.