La escritora brasileña Nélida Piñón se propuso "desvelar el enigma iberoamericano" en su nuevo libro, "Filhos da América" (Hijos de América), un conjunto de 28 ensayos que será lanzado el 13 de diciembre en portugués por la editora Record y en noviembre de 2017 en español por Alfaguara.

"Son muchos ensayos en los que hablo de diferentes asuntos pero diría que el hilo conductor de todo es mi intento por desvelar el enigma iberoamericano: mostrar quiénes somos y de dónde surge nuestro imaginario", afirmó en una entrevista la escritora nacida en Río de Janeiro en 1937.

La búsqueda por las raíces iberoamericanas aparece desde el primer ensayo del libro, "Heródoto y la aprendiz Nérida", en el que la primera mujer en presidir la Academia Brasileña de las Letras hace un testamento de su vida y de su obra y aborda su origen gallego.

También cita las influencias literarias que la marcaron y expone la importancia de su doble cultura brasileño-española.

"Luego hago una serie de reflexiones sobre numerosos escritores y representantes de la cultura iberoamericana. Son personajes, temas y debates que forman parte del mundo iberoamericano pero que son hijos de América. Aunque incluyo algunos de España y Portugal, todos tienen en común que están relacionados con las Américas", aseguró.

En los ensayos son exaltados clásicos brasileños como Machado de Assis, José de Alencar y Rachel de Queiroz; compañeros suyos en el "boom latinoamericano" como el argentino Julio Cortázar, e inmortales de la región como el peruano José María Arguedas y el cubano Guillermo Cabrera Infante.

Pero también hay ensayos sobre la editora española y su amiga Carmen Balcells, y sobre la influencia de Teresa de Ávila en el mundo iberoamericano.

Otros asuntos abordados por la ensayista son la inmigración gallega en América Latina y la obra del sambista brasileño Adoniran Barbosa, un "maestro de la oratoria" a quien dice envidiar por haber usado el nombre de su gran amor, Iracema, como pretexto para aclarar que tras perder su retrato tan sólo le quedaba de la amada un zapato.

"Habría dado anillos y pendientes por haber escrito esa frase", afirma en el libro Piñón sobre ese pasaje.

En el ensayo "La larga jornada", Piñón rinde homenaje a las mujeres, de las que dice que, pese a ser "excluidas de la cultura normativa", acumularon "un saber clandestino de gran valor, del cual dependían los narradores para darle vida a sus personajes y frecuentar el enigma literario".

"Son casi dos años de reflexiones y mucho trabajo en el que voy hasta las fundaciones del mundo ibérico para mostrar de dónde heredamos una imaginación tan exhuberante como la nuestra y mostrar igualmente que ni nos liberamos ni tendríamos que liberarnos de esas fundaciones", afirmó.

Para la autora de 25 libros, entre ellos "La República de los sueños", "La dulce canción de Caetana", la obra parte "de creaciones extraordinarias como las de los incas, los mayas y hasta José de Anchieta. Muestro la poderosa presencia de ellos en nuestra imaginación, en nuestro imaginario y en nuestra creación literaria".

Piñón asegura que en su nueva obra expone un material documental "precioso" para mostrar la influencia de esos exponentes fundacionales en la literatura iberoamericana.

"Quiero probar de algún modo que somos profundamente creativos, independientemente de las circunstancias políticas o de eventuales progresos o retrocesos. Somos muy prolíficos en la imaginación", apuntó.

En ese sentido, dice la escritora, "hay en la mente iberoamericana una gran capacidad de recrear mundos; mundos que vienen de lejos y que nadie sabía que los tenía: somos herederos de las civilizaciones originarias".

Entre los fundadores incluyó en su libro al peruano Felipe Guamán Poma de Ayala (1534-1615), a quien describió como un noble inca y extraordinario pero poco conocido que, al darse cuenta de que ya todo está perdido para los indios en América, le escribe una carta al rey Felipe II.

La carta era "un manuscrito con manchas provocadas al parecer por sus lágrimas", en la que le pide salvar la dignidad de su pueblo.

La primera brasileña en recibir los principales premios de la literatura iberoamericana, como el Príncipe de Asturias (2005), el Juan Rulfo o el Menéndez Pelayo también citó como pionero al jesuita español José de Anchiete, fundador de la ciudad de Sao Paulo.

"Para difundir el cristianismo entre los indios, Anchieta lo hizo mediante el arte teatral. Y puso a los indios a escenificar piezas en las que aparece el emperador romano. Incorporó el imaginario europeo y religioso de la época a la cabeza de los indios", aseveró.

"Y, con piezas pobres y sin escenarios ni disfraces, (Anchieta) desarrolló la imaginación, la creatividad y el simulacro en América", añadió.

La escritora adelantó que expondrá parte de sus reflexiones la próxima semana en la Feria Internacional del Libro (FIL) de la ciudad mexicana de Guadalajara.

En la cita, Piñón participará en una mesa en la que diferentes escritores rastrearán la influencia de ciertos libros en la obra de Mario Vargas Llosa y en otra en la que hablará específicamente de América.