Da igual el día o la estación del año. Lo único importante es estar allí y dejarse embriagar por sus silencios y, sobre todo, por sus paisajes. El Teide regala imágenes únicas, al alcance de todo aquel que desee que su tiempo se pare por momentos. Por algo es el parque nacional más visitado de España y uno de los más solicitados del mundo.

Con la llegada del otoño, cada vez menos otoño y más una primavera prolongada, el Teide ofrece una amalgama de formas y colores digna del mejor programa de fotografía. Solo que sin retoques; es pura realidad.

Desde los filos de Siete Cañadas, o al pie de la misma carretera que serpentea por entre lavas y arenas blancas, las instantáneas captadas por Víctor Hernández Gil, aficionado a la fotografía y amante de todo lo que envuelve al parque, muestran todo el esplendor del cielo y su reflejo en la tierra. Y de fondo el pico Teide, testigo mudo de toda esa belleza.