Las elecciones más tensas y con mayor proyección mediática de la historia de la Esclavitud del Cristo de La Laguna se decantaron ayer del lado de Francisco José Doblas González de Aledo, que obtuvo 201 apoyos frente a los 77 de su rival, Juan Martínez Torvisco. Solo hubo una abstención en unos resultados con una holgura con la que ni siquiera contaban algunos miembros de la candidatura a la postre ganadora.

Que el casco lagunero y sus instituciones son diferentes se volvió a poner de manifiesto este domingo. En ningún momento fueron unos comicios normales en una entidad de la dimensión de la Esclavitud; tampoco en la jornada de ayer. "¿Qué hay aquí hoy? ¿Por qué hay tanta gente?", preguntaba una señora que salía del Santuario a la vista del enorme grupo de hombres que esperaban en el exterior, en algunos casos con la papeleta en la mano. Entre ellos, muchas caras conocidas.

Mientras tanto, la asamblea se celebraba en la sala de juntas, situada a la entrada del edificio anexo a la iglesia y en la que cuelgan las fotografías de los anteriores esclavos mayores. La cita empezó a las 11:00 horas con otros puntos, pero no fue hasta más allá de las 12:30 cuando arrancó la votación. Según explicaron algunos asistentes, especialmente las cuentas fueron las que impidieron una mayor agilidad, debido a las preguntas realizadas por algunos miembros, en lo que hubo quienes vieron una reacción más dentro del clima de diferencias que había estado presente desde el comienzo de este proceso electoral.

Después, el momento de votar. Por orden alfabético, los esclavos entregaban sus papeletas y se iban. Tuvo que pasar casi una hora y media de "peregrinaciones" hacia la urna para que llegase un recuento también lento y del que, finalmente, salió el resultado. Abrazos y hasta alguna lágrima irrefrenable -de alegría- en el exterior, consecuencia de unas elecciones intensas desde el principio y que se acabaron de calentar con la difusión en los últimos días de unos anónimos con acusaciones muy graves. Quizá influido por eso, probablemente por todo un poco, el superior-rector del Real Santuario, Daniel Padilla, fue quien cerró el acto con un discurso exigente con los esclavos y del que la megafonía permitía escuchar fragmentos desde fuera. El sacerdote, al frente de este templo desde el mes de abril, marcó pautas sobre la actitud que debe prevalecer en los integrantes de una institución de carácter religioso como es el caso de la Esclavitud del Cristo.

Ya a la salida, y mientras sonaban las campanas, Juan Martínez Torvisco hizo pública su felicitación al ganador, y se expresó sobre la necesidad de apoyar a la nueva Junta de Gobierno. Asimismo, el profesor de Psicología Social de la Universidad de La Laguna y exconcejal del Ayuntamiento lagunero puso de relieve que la existencia de una segunda opción había conseguido movilizar a alrededor de 300 votantes.

Francisco Doblas González de Aledo, por su parte, rompió ayer el casi mutismo en el que había permanecido durante las últimas semanas, haciendo mala aquella máxima que mantienen algunos expertos en comunicación de que el silencio no es rentable. "El resultado ha sido casi el triple de votos y, además, hemos tenido una masiva afluencia de esclavos, que es histórica; lo máximo había sido 160", celebró con alegría contenida tras haber mostrado su "máximo respeto" a la otra plancha, de la que señaló, eso sí, que entiende que se equivocó con la "forma" al emplear las "dinámicas" de la política.

Abogado de profesión y esclavo desde 1983, Aledo agradeció la participación a los que respaldaron a una u otra alternativa, a quienes, dijo, espera no defraudar. "No pertenezco a ninguna saga familiar ni a ninguna clase pudiente, sino que soy un esclavo más que siente esto profundamente", expuso en referencia a las manifestaciones que había realizado Torvisco en el fragor de la campaña. "Es un honor que hayan premiado en mi persona el cargo de esclavo mayor", añadió el nuevo responsable principal de una entidad religiosa que dejó este domingo una jornada singular.