Sobre las diez de la mañana de ayer. Del parque infantil, la iglesia y la antigua oficina de Correos, delineadas en el diseño, como la Rambla central, por el Mando Económico Militar posterior a la Guerra Civil, enfila una "columna" de niños "armados" con pancartas y una bolsa en sus manos. Son miembros del CEIP García Escámez y llevan alimentos no perecederos unos 350 metros más allá, a la sede de la ONG y asociación de vecinos para mostrar su solidaridad con los menos favorecidos de un barrio de Ofra que tiene muchos.

La "legión" de 300 alumnos, de Primero a Sexto, de entre 3 y 11 años, acompañados por sus 22 profesores y algunos padres, así como por miembros del Ampa Gares, se mueve con "disciplina", coreando la palabra "solidarios" entre la curiosidad de los habituales del Mercado de La Abejera y el operativo de la Policía Local. Todos saludan a los agentes y muchos con un "yo quiero ser policía".

Los encabeza Isabel Talavera, la joven directora que debuta este curso en una iniciativa que cumple el segundo año. Explica: "Llevamos una semana y media dedicada a la infancia y este es el colofón. Una manera de unir a los niños con su realidad, con sus vecinos y con su barrio".

Al otro lado esperaban África Fuentes, alma de esta labor solidaria y sus voluntarios, encabezados por Rocío y Andrés. A cambio de la bolsa ofrecían una golosina. Como en un circuito los chicos entraban por una puerta y salían por la otra. En medio depositan los productos. Todo perfectamente organizado.

Al final de la comitiva estaban los dos carros de compra en los que otros niños y los docentes depositaron su donación: pasta, arroz, legumbres, productos de limpieza, latas de conserva, leche... Los custodiaban cuatro de los mayores: Lía, Airán, Christian y Besay. Junto a ellos los que reclamaban que se reflejase su nombre y su cara: Álvaro, Carlos, Cathaysa, Airán, Paricia, Antonio... Desfilaron con tres pancartas, hecha por ellos y con las huellas de sus manos, que decían: "Conozco mis derechos, somos solidarios, cumplo mis deberes"; "Si ayudas a los demás, muchas sonrisas recibirás" o "prueba a dar y verás qué grande te sientes".

Isabel y África, dos generaciones, se encuentran tras acabar el recorrido, una media hora muy intensa. Se abrazan y coinciden: "Es algo precioso, los niños se emocionan y y nosotros también".

"Eres grande África", dice alguien de forma espontánea. Sí, aunque pequeña de estatura esta mujer "mueve mucho". El futuro está garantizado si tiene a su lado estos aprendices de la solidaridad.