La situación no ha cambiado en Bajo la Cuesta en los 34 días transcurridos desde que las 55 viviendas que forman el barrio fueros desalojadas el pasado 27 de octubre. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Candelaria, Fernando Alduán, defendió ante el Pleno, coincidiendo con la alcaldesa, que los trabajos comenzaron el 2 de noviembre, con las actuaciones previas al replanteo. El edil anunció en la misma sesión, celebrada anteayer, que la empresa Endesa comunicó ese día que ayer comenzaría a "taladrar" en el talud.

Lo cierto es que ayer se personaron en el barrio dos trabajadores cuya actuación "se limitó a hacer unos agujeros en la zona exterior del barrio, donde está la barrera que impide el acceso". Los vecinos siguen esperando "y deseando" que empiece la obra "porque eso, se supone, sería señal de que en unos meses volveremos a nuestras casas".

Viviendas que siguen precintadas, "a pesar de que la alcaldesa dijera al Pleno que no lo están". Afirmación que enmendaría el secretario municipal al explicar que el procedimiento de desalojo, del que él dio fe, incluyó el precinto de los inmuebles.

Para la tarde de ayer había sido pospuesta una reunión entre los vecinos de Bajo la Cuesta y la alcaldesa, María Concepción Brito, a iniciativa de esta. Encuentro pospuesto desde el martes por la tarde. Sin embargo, no se celebró "por motivos técnicos", señalaron los vecinos. Realmente, estos optaron por pedir el aplazamiento "ante la falta de garantías, por parte de la Alcaldía, de que pudiera intervenir parte de nuestra representación a través de una comunicación telemática".

De momento, un grupo de vecinos de Bajo la Cuesta sigue acampado en las inmediaciones del barrio. Son aquellas personas que no cuentan con alojamiento alternativo y algunos de sus convecinos solidarizados con su situación. El malestar con el gobierno municipal, especialmente con la alcaldesa, aumentó tras el pleno celebrado anteayer.