Denso, largo y algo aburrido, aunque lo pareciera menos según le fuera al concejal interesado en el cuento. A l igual que a los escasos asistentes -de más a menos en el entusiasta aplauso- que ayer se acercaron al salón de plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz para comprobar durante cuatro horas cuál es el estado del municipio. Ni el formato, ni el mecanismo ni los tiempos -aunque se habían consensuado en la Junta de Portavoces- ayudaron al dinamismo. Tal vez era inevitable que el alcalde, José Manuel Bermúdez, leyera durante dos horas sus casi 30 páginas de diagnóstico y proyecto. Pero lo resumió mucho mejor (y más breve) en el alegato final, centrado en responder al portavoz de Sí se puede, Pedro Fernández Arcila.

Entre la "falta de ideas" a la que aludió, con matices, toda la oposición y la repetida como un soniquete "estabilidad" argumentada por uno de los socios de gobierno, el PP, a Coalición Canaria le tocó reafirmar su Proyecto de Ciudad en el que "cree" y "tiene claro". Del lado del pacto lo negaron pero sí pareció haber "dos realidades" o al menos dos visiones de la cocapital de Canarias y, sobre todo, de sus gentes.

El alcalde desglosó este año y medio de mandato en 16 bloques, con especial incidencia en el empleo y el ámbito de lo social aunque, de nuevo en la conclusión, esbozó con claridad los cuatro ejes de su programa: las personas, la economía, el litoral y los barrios. Subrayó en un rápido resumen el "renacer económico de la ciudad" y su "pujante dinamismo social".

CC y PP rechazaron la ideología para gobernar pero casi todo respondió ayer a su "alargada sombra". Lo reconoció el propio alcalde cuando entró al trapo en su reflexión final sobre su concepto de la gestión pública y privada. Ahí aludió a los que oyen sin escuchar.

Bermúdez lo dejó claro desde el principio: venía a "rendir cuentas". Quizás debería soltarse y no depender tanto del guion. La mayoría de los concejales parecieron ayer cansados, rígidos y casi obligados al trámite de estar allí para cumplir. Era la primera vez que se celebraba en este mandato, pero, como las otras veces, el debate sobre el estado del municipio fue un debate sin debate.