Una semana después de la espantada socialista en el último Consejo de Gobierno, el PSOE y Coalición se reúnen en la Mesa de Seguimiento del pacto, al parecer para no se sabe qué, debe ser que le han cogido gusto... Desde la firma de estos pactos que dieron forma a la geografía política actual de esta región en todas las islas menos en Gran Canaria, discutidos desde el primer día tanto por quienes los firmaron como por quienes no lo hicieron, la comisión de Seguimiento se ha reunido con más frecuencia que en ninguna otra legislatura, para adoptar acuerdos que luego no se cumplen. El pacto de Gobierno vive desde sus orígenes instalado en una escalada de tensión creciente. Comenzó enfrentándose a "pequeños conflictos de carácter municipal", que dieron primero paso a "conflictos municipales importantes, pero que no afectan al normal funcionamiento del Gobierno", y luego a "dificultades municipales que impiden concentrarse en el trabajo de Gobierno". Declararon después el pacto roto "por las deslealtades municipales", por decidir recoserlo "porque es la mejor opción posible", y así hasta el lunes de la pasada semana, en la que un asunto bastante menor -el reparto del 75 por ciento de los fondos del Pdcan, provocó otra airada reacción socialista, que demostró que el conflicto también habita en el seno del propio Gobierno.

Ante esa situación, lo normal habría sido que Clavijo despachara de una vez los ceses de su vicepresidenta y consejeros del PSOE, sin esperar siquiera las 24 horas preceptivas. Pero no ocurrió eso: al día siguiente los socialistas defendieron en el Parlamento los Presupuestos del 2017, batiéndose el cobre junto a los coalicioneros, mientras Clavijo y Patricia Hernández representaban en público la escena del sofá, pero en plan matrimonio viejo y con cara de mala leche...

He visto pasar bastantes gobiernos, y conflictos de todos los colores en pactos y repactos: he visto a Fernando Fernández perder el Gobierno por fiase de los suyos, a Saavedra perderlo por fiarse de Hermoso, a los socialistas censurar (sin éxito) a Román Rodríguez, a Soria pelearse con los suyos y sacar al PP del Gobierno, al PP ser expulsado por Adán Martín, a Soria irse porque Rivero apoyaba el Plan Canarias de Zapatero, y ahora veo a dos jóvenes políticos -Patricia Hernández y Fernando Clavijo- dando palos al agua, incapaces de imponerse a los suyos y sin ser capaces ninguno de los dos de explicar qué diablos está pasando. Esta es una crisis inexplicable e inexplicada: no se fían los unos de los otros, pero cuando preguntas a cualquiera del PSOE o Coalición, te dicen que éste, aunque no les guste, es el mejor pacto posible para Canarias. ¿Lo es? Quizá lo fuera al principio, cuando se esperaba de ellos de la continuación del acuerdo entre PSOE y los nacionalistas cierta capacidad de regeneración y de gestión, cuando aún o habían empezado a mentirse a ellos mismos y a los demás. Ahora este pacto es apenas el menos malo de los posibles, y eso sólo porque no parece que haya ningún otro con los votos suficientes para mantenerse.

Esta tarde, después de la reunión de la mesa de seguimiento, nos contarán más mentiras. Pero mejor que se den prisa y resuelvan pronto. Lo que sea.