El buque escuela Juan Sebastián de Elcano reposa en un puerto amigo. Estará cuatro días en el muelle de Santa Cruz de La Palma para mostrarse a la ciudadanía y, a la vez, recibir las muestras de afecto de su gente. Es una embarcación que al palmero le "cae" bien. "Aquí nos sentimos especialmente queridos, se nota desde el primer momento", afirmó sin titubeos su capitán, Victoriano Gilabert, tras arribar el barco.

A bordo de la embarcación llegaron 215 personas, de los que 45 son guardiamarinas del Cuerpo General de la Armada y de Infantería de Marina. El capitán reconoció que es "una promoción relativamente pequeña" de aspirantes a oficiales. No le falta razón; puede llevar hasta 78 alumnos e incluso en el último crucero de instrucción hizo un esfuerzo para acoger a 80, "un número de máximos". No hay que olvidar que por encima de cualquier otra circunstancia "somos un buque escuela, una escuela flotante" y su objetivo principal "es la formación de los futuros oficiales de la Armada".

"Elcano" atracó en el dique principal del puerto, donde acabó "escoltado" por una fragata y un crucero de considerables dimensiones. Día soleado, buena mar y sin viento, lo que hizo que entrara en el muelle de la capital con las velas recogidas. Intenta que la mayor parte de su recorrido sea sin utilizar los motores, pero mandan las condiciones meteorológicas. Y ayer Eolo no acompañaba.

En tierra le esperaban "Los 12 de su Majestad", una representación perfectamente diseñada de la unidad de artillería del siglo XVII que guarnecía a La Palma. Un recibimiento de nivel. Con clase. También se acercaron los primeros curiosos con ganas por observar de cerca a la nave.

La embarcación estará abierta durante los próximos tres días a la visita de los ciudadanos. La idea es lograr una conexión entre población civil y la Marina, llegando incluso a acoger a bordo (hoy, a las 12 horas) una jura de bandera de 60 civiles. "Estamos encantamos de mostrar nuestro barco", afirmó el capitán, consciente de que expectación que se ha creado a su alrededor.

"El barco en general es muy bien acogido y despierta curiosidad, aunque es difícil que sean acogidas como las que recibimos aquí. En Canarias y en La Palma nos sentimos especialmente queridos", reiteró Gilabert, quien subrayó que en el extranjero "hay puertos que tradicionalmente tienen una vinculación mayor con España. Ir a San Juan de Puerto Rico o a La Habana despierta un cariño que no se produce tanto en sitios como Senegal o Cabo Verde, donde se recibe muy bien al barco pero no existen unos lazos tan entrañables o familiares". Ese cariño en puertos españoles, en concreto en La Palma, es diferente: "Aquí, por supuesto, estamos a otro nivel", sentenció.