Patricia Hernández no asistió ayer al Consejo de Gobierno, aunque el resto de los consejeros socialistas sí que fueron, y ella además participó en las deliberaciones por videoconferencia y con cara de haber dormido poco, o a lo peor es que las ojeras se notan más en la pantalla, y hay quien luego lo cuenta.

Al parecer, su hijo tuvo fiebre la noche anterior y ella no había pegado ojo. La mayor parte de las madres no dejan de ir al trabajo porque un hijo tenga fiebre, a menos que sea un asunto grave, que no es el caso. Claro que la mayoría de las madres no pueden estar al mismo tiempo en casa y repicando gracias a las nuevas tecnologías... En su disculpa, puede decirse que doña Patricia es madre primeriza, y las madres primerizas se preocupan más de la cuenta por cualquier catarro... En fin, que sea la ausencia de doña Patricia intencionadamente calculada, o resultado de una noche en vela, ya tenemos otro asunto de menor enjundia para entretenernos durante unas horas. Este Gobierno nos ha deparado un sinfín de asuntos menores de los que hablar en los últimos tiempos, casi todos ajenos a lo que es -o debiera ser- la acción de gobierno. Cosas como las miradas arreboladas que se cruzan el presidente y la vice cuando están de buenas, o las que no se cruzan cuando se enfadan... cosas como los secretos motivos de la sorpresiva espantada del pasado lunes, que por fin hemos logrado saber que se produjo porque en la parte del PSOE no se habían leído los pápeles del Plan de Desarrollo y pidieron una segunda prórroga que Clavijo se negó a darles... cosas como este nuevo debate sobre si la paciencia de Clavijo con el PSOE, su negativa a cesar a los consejeros socialistas es un asunto de exceso de prudencia o de falta de carácter... cosas, en fin, como si los socialistas quiere de verdad seguir en el Gobierno o lo que quieren es no irse, a la espera de que los echen, que se lo están currando a pulso, dicen los que saben que porque Antonio Morales les ha prometido el paraíso de un pacto con el PP, apoyado por la izquierda. En fin, que están entretenidos en sus cosas, pasándolo pìpa con lo que da de sí la ración matutina de photoshop, mientras la región bosteza y se preocupa por cómo viene el 2017, que trae curvas. Son cosas que no tienen enjundia, interés, o drama, pero le llenan la cachimba a cualquiera, menos a Clavijo, que debe tenerla enorme, la cachimba...

Ayer, por ejemplo, se reunió la Mesa de Seguimiento del pacto: discutieron los incumplimientos mutuos, se tiraron cansinamente los trastos a la cabeza y a la salida explicaron el esfuerzo tremendo que hacen para superar este psicodrama, este "ni contigo ni sin ti", más propio de un capítulo de ''The affaire'' que de una crisis política.

Puede que hayan ganado otro día, pero con este patio de cuernos y numeritos, no creo yo que socialistas y coalicioneros se coman el turrón juntos. Aunque es verdad que montar otro Gobierno resulta complicado. Más fácil sería montar una guardería. Pero no para atender a sus hijos cuando ellos tengan mucho trabajo y no puedan, no. Más bien para que los cuiden y vigilen a ellos mismos, que de tanto jugar con las cosas de los mayores van a acabar por hacerse (y hacernos) daño. En casi cuarenta años de autonomía, uno no había visto tanta niñería e inmadurez suelta. Y lo que nos queda.