Sin demasiadas sorpresas, después de haberlo anunciado en todos los medios y esquinas de las islas, el PSOE ha reincidido en su posición contraria al reparto de los fondos del IGTE con el formato aprobado por el Gobierno de Canarias el pasado 28 de noviembre. La negativa del PSOE a apoyar ese acuerdo, y el abandono de la reunión del Consejo, producida apenas unos días después de vencer el plazo dado a Coalición Canaria para resolver los problemas municipales con el PSOE en Puerto de la Cruz, Arico y Granadilla, volvieron a poner sobre el tapete la profundidad y alcance de los desacuerdos existentes entre los dos partidos que sostenían el Gobierno regional.

Un PSOE cansado de los incumplimientos municipales de Coalición y harto del ninguneo que dice soportar en el Gobierno eligió la apuesta política estrella del presidente Clavijo para hacer patente su deseo de romper el Ejecutivo. Para materializar ese deseo de forma inapelable, el PSOE forzó ayer en el Parlamento un cambio sustancial en el Fondo de Desarrollo Regional, apoyando las enmiendas de la oposición. Lo hizo en una reunión de la ponencia del Parlamento, que comenzó a tramitar los presupuestos regionales de 2017, y en la que los diputados del PSOE incorporaron una modificación clave de los presupuestos, por la que más de la mitad de los recursos de los dineros del IGTE se destinarán a políticas sociales, en lugar de ir a infraestructuras. En la práctica, la enmienda supone bloquear la aplicación del Pdecan pactado con los ayuntamientos y los cabildos -con la única oposición del Cabildo y la mayoría de los ayuntamientos grancanarios-.

La decisión abre un tiempo de dramática tensión en el Gobierno hasta el próximo día 21, "impasse" que solo puede concluir o bien con la rectificación del PSOE en comisión o en el debate de la totalidad de los presupuestos (una hipótesis improbable), o bien con el abandono del Ejecutivo -voluntario o forzado por cese de los consejeros socialistas- en los próximos días. Parece, pues, que la espera se prolongará como máximo hasta la votación definitiva de los presupuestos. Once días de confusión y ruido, pero ni un día más. Para entonces, tanto el PSOE como Coalición seguirán intentando convencer al PP de entrar en este baile y elegirlos como pareja.

Al margen de lo que finalmente haga el PP, la excusa del PSOE para hacer patente la ruptura con Coalición resulta poco razonable: el PSOE es un partido municipalista y con amplia implantación en las islas menores, y a pesar de ello ha optado por una decisión contraria a la que apoyaron sus alcaldes y presidentes de Cabildo, en una decisión cuya piedra de toque es el rechazo a las inversiones en los pueblos y al criterio de distribuir los recursos en base al criterio de la triple paridad, criterio que favorece a las islas menos pobladas y desarrolladas sobre las más pobladas y desarrolladas. Es la primera vez que el PSOE cuestiona un criterio de solidaridad que siempre ha defendido en la financiación territorial y en la representación insular. Han buscado una excusa para romper el Gobierno y desalojar a Coalición Canaria del poder, que no encaja con la tradición política de la izquierda y la historia del PSOE canario.