Más de treinta años dedicados al mundo de la danza y la arriesgada apuesta de sustentar y dirigir el teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife son dos de los principales logros profesionales del bailarín tinerfeño Roberto Torres y su Compañía Nómada, quienes ayer fueron homenajeados en el proyecto "Dance-Inter-Faces", celebrado en el teatro Leal de La Laguna.

El artista tinerfeño clausuró ayer las representaciones escénicas de este encuentro con la interpretación de la pieza "Para regalo", actuación a la que asistió la docena de programadores nacionales y extranjeros procedentes de Noruega, Italia, Canadá, Corea del Sur, Portugal, Barcelona, Murcia y Olot que asistieron a las jornadas promovidas por el Laboratorio de Artes en Vivo (LEAL.LAV) del teatro Leal.

"Para regalo", en la que Torres demostró su apreciada calidad y sensibilidad artística, es una coreografía que escribió la bailarina Carmen Werner expresamente para él. Esta obra fue seleccionada como el tercer espectáculo más votado en la Red de Teatros Alternativos de España.

El artífice y director de LEAL.LAV y del proyecto "Dance-Inter-Faces", Javier Cuevas, aclaró que el homenaje a Roberto Torres se organizó en reconocimiento a su labor impulsora de la danza en Canarias durante décadas.

"Es un reconocimiento a Roberto Torres, que ya se ha hecho un hueco a nivel nacional e internacional, y al teatro Victoria, que ha sido la cuna, la casa y el germen de muchos, de la mayor parte, de los bailarines canarios. Casi todos han pasado por ahí, Daniel Abreu, Acerina Amador, Carlota Mantecón, Paula Quintana..., casi todo el mundo ha empezado haciendo cosas en el Victoria".

Para este amante de las artes escénicas y performativas, el teatro Victoria es como una especie de Casa de la Danza. "En Tenerife no hay una Casa de la Danza, cuando es exportadora de talentos de la danza. En Europa, en casi todas las compañías hay algún bailarín (a) canario. Mira, por ejemplo, a Tamara Alegre, que va a presentar en este encuentro su primera pieza en Canarias, que se ha formado fuera y lleva años viviendo en Bruselas y Berlín. El teatro Victoria ha sido como la Casa de la Danza que debería existir en Canarias y en Tenerife para dar salida a todos esos talentos que siempre se tienen que ir".

Con respecto a Roberto Torres y su Compañía Nómada, que lleva treinta y ocho años dedicado a la danza y a su enseñanza, Cuevas comentó que "hace una danza, dentro del abanico de danza contemporánea, muy poética y muy ligada a las emociones".

Desde su punto de vista, en la danza contemporánea, lo mismo que ocurre con el arte, "hay artistas que derivan a trabajar el cuerpo desde un punto de vista conceptual y que tienen un discurso más intelectual detrás de sus piezas. Lo de Roberto Torres es un trabajo emocionante, físico, donde el cuerpo siempre está en primer plano como un cuerpo poético que se emociona".