La construcción protagoniza desde hace dos años y medio un "moderado crecimiento" y, aunque es consciente de que no volverá a las cifras anteriores a la crisis -y de que, en realidad, no debe hacerlo-, afronta el futuro con cierto optimismo. El presidente de la patronal del sector en la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), Óscar Izquierdo, se muestra convencido de que 2017 será el año del "despegue" de la construcción, aunque advierte de que para ello es necesario un impulso a la obra pública y, sobre todo, a la rehabilitación de los alojamientos y espacios turísticos.

Aunque en parte se deba al descenso del resto de la actividad, la rehabilitación y el mantenimiento ya representan alrededor del 30% de los ingresos de las constructoras en la provincia, un dato que las acerca a registros de la UE, destaca Izquierdo, quien esgrime estadísticas de la Federación Europea de Industrias de la Construcción que revelan, precisamente, que casi una tercera parte del trabajo de estas empresas en el continente consiste en labores de reforma.

La situación laboral en el sector fue el motivo de una jornada celebrada el 2 de diciembre en la sala MAC de la capital tinerfeña, organizada por Fepeco y denominada "La construcción crea empleo". Durante este encuentro, el director territorial de la Seguridad Social, José María Casero, expuso algunas cifras que fundamentan esa sensación de lenta recuperación que albergan los empresarios.

El empleo en las actividades constructivas tocó fondo en la provincia a comienzos de 2014, con poco más de 10.700 cotizantes en el régimen general de la Seguridad Social, 18.000 menos que cinco años atrás. Desde entonces, el sector ha emprendido una escalada gradual pero sostenida que ha llevado a contabilizar, en octubre de 2016, más de 15.300 trabajadores por cuenta ajena. De caer mes a mes a un ritmo superior al 1,4% en 2012, las afiliaciones crecen ahora a un 0,8%. A estos afiliados al régimen general se suman unos aproximadamente 5.000 autónomos, de manera que el total de empleos supera los 20.000, alrededor de la mitad de los que se registraban en 2007, el año que marcó el inicio de la crisis económica.

El desplome que ha experimentado el sector se ha traducido en una notable pérdida de peso sobre el total del empleo de la provincia. Mientras que en 2009 esta proporción rozaba el 14%, a mediados de este año se quedaba ligeramente por debajo del 7,5%, y eso que ha mejorado en relación al 6,4% que suponía en 2013. En el mismo periodo, la hostelería ha ganado presencia relativa en el mundo laboral, al pasar del 19% del total de los afiliados hace siete años al 25% de 2016.

El significativo peso de los trabajadores por cuenta ajena en la construcción -nada menos que el 25% del total- contribuye a dibujar el perfil de un sector conformado de forma muy mayoritaria por autónomos y empresas de muy pequeño tamaño. De hecho, apenas 79 de las casi 18.500 empresas dedicadas a la construcción en el Archipiélago -según datos del Instituto Canario de Estadística (Istac) citados por Casero- tienen más de 20 trabajadores.

El año 2014 constituyó, a juicio del presidente de Fepeco, un "punto de inflexión" al que ha seguido un crecimiento "ni rápido ni expansivo" al que Izquierdo llega a referirse como una "estabilización". Aunque el sector encadena 30 meses de datos "positivos", la patronal entiende que tiene "mucha más capacidad de generar trabajo" y que podría llegar hasta los 30.000 empleos en Santa Cruz de Tenerife.

"Necesitamos más obra pública y que empiece de forma valiente la rehabilitación turística, tanto la pública como la privada", explica Óscar Izquierdo. El presidente de Fepeco alerta del riesgo de "relajación" ante el buen momento que vive el turismo y de que se tome por permanente una situación que es "coyuntural": la llegada de más de 14 millones de turistas al año como consecuencia de los problemas que sufren otros destinos. "Hay que aprovechar para fidelizar a esos visitantes, y eso solo lo haremos con un destino de excelencia y calidad", argumenta Izquierdo.

La patronal sostiene que el sector tiene un efecto de "arrastre" sobre otras actividades que es preciso estimular. La lucha contra la economía sumergida debe ser, según su máximo dirigente, una prioridad. También lo es, destaca, acelerar las actuaciones que planifican las administraciones públicas, sobre todo los cabildos, para que en 2017 se materialice el deseado "despegue".