Vinilo es el formato elegido por el productor tinerfeño Javier Pérez (Santa Cruz de Tenerife, 1979), conocido como "Resonance", para recoger los siete temas que integran su segundo disco, "Ligth Continuum", una banda techno-sinfónica que invita a un viaje por una serie de paisajes sonoros muy peculiares, diseñados por este creador cuya música también tiene seguidores en Japón, Australia, Estados Unidos y Europa, donde se distribuye su obra, incluida su tierra natal.

Este militante de la denominada música electrónica reconoce que su nuevo trabajo "es un sonido que tiene influencias de la música electrónica tradicional, desde el sonido new age, esos sonidos primigenios de Vangelis, toda esa onda de los años 70, hasta las últimas tendencias de baile, de sonido clubing. Es una combinación de aquel sonido cinemático de antaño con los más vanguardistas de la música tecno. En resumen, es un sonido cinemático".

Resonance, al que le gustaría poner su música a bandas sonoras de películas de realizadores como Almodóvar o Alex de la Iglesia, en el filme "Memento", de Christopher Nolan, o "Renacimiento", de Christian Volckman, entre otros, califica su propuesta como "música electrónica de autor, una música que se puede escuchar en tu cuarto de estar o puede acompañar una banda sonora, como para un ambiente más festivo, con unos ritmos que invitan al baile. Esa es la etiqueta de autor."

En este sentido, puntualizó que en su segundo disco hay temas que se pueden bailar y escuchar. "En Light Continuum tienen un denominador común, que es que hay una épica en cada uno de los temas. Los que son paisajes más sonoros, que no tienen tanto ritmo, que son más pausados y etéreos, son para escuchar e idóneos para acompañarlos con imágenes. Sin embargo, los que son bailables sirven para las dos cosas".

"Resonance", que trabaja mucho con sintetizadores analógicos, sabe que su propuesta está plagada de influencias, house, tecno, incluso pop, entre otras. Una fusión de tendencias que "manipula" y enriquece con algunas ideas preconcebidas y otras producto de la improvisación que dan como resultados unas texturas y unas melodías muy sugerentes y originales, que invitan a soñar.

"Intento ser sincero con mi música y compartir lo que es mi universo, mi visión de la música electrónica. Sobre todo quiero compartir momentos, bandas sonoras, lo que la música pueda sugerir al que la escucha. Me gusta que ellos se creen su propia película, que sea una banda sonora en cualquier momento. La música se puede extrapolar a la realidad de cada uno y con eso me siento cómodo".

Varios de los temas de "Light Continuum", que utiliza la simbología de la luz, tienen letra, como el que da título al disco, en el que habla del desconcierto, de saber por dónde tirar. "Al final siempre hay un poco de luz. Las letras son muy positivas. En otro de los cortes son frases que suelto, hacen bucles y crean un colchón sonoro".

Voces, ecos, guitarras y otros muchos elementos sonoros están presentes en sus composiciones, con efectos interesantes. Reconoce que no ha utilizado nunca "sonidos canarios", aunque lo hará en un futuro. "Me gustaría recuperar algunas cosas, incluso no procesándolas. En la música tienen cabida muchos instrumentos (...) Tambores herreños, timples, chácaras... me gustaría incorporar a mi trabajo. Los instrumentos canarios me gustan y creo que se llevan bien con la música electrónica".

El disco "Light Continuum", trabajo editado por el sello tinerfeño El Hombre Bala Records, reúne siete temas con una duración de unos cuarenta minutos.