La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ha absuelto a los tres procesados por el incendio forestal que quemó 4.000 hectáreas de terreno y medio centenar de viviendas en La Palma en 2009, tras reconocer que no hay pruebas de que fueran quienes lanzaron los cohetes que iniciaron el fuego.

La Fiscalía responsabilizaba de esa catástrofe a tres miembros de la comisión de festejos del barrio de Tigalate, José Javier F.P., Antonio Isidro G.G. y Rosa Carmina C.H., a los que señalaba como las personas que en la tarde-noche del 31 de julio de 2009 lanzaron voladores en una zona cercana a unos pinares, a pesar de que el Gobierno canario había decretado la alerta por riesgo de incendios.

Cada uno de ellos se enfrentaba a una posible condena de siete años y medio de cárcel, además de peticiones de indemnización por los daños ocasionados que ascendían a 20 millones de euros.

Según han informado fuentes de aseguradora personada en el caso, la sentencia considera probado que fueron los cohetes lanzados aquella tarde los que provocaron ese gran incendio forestal.

Sin embargo, la Audiencia entiende que no se ha desvirtuado la presunción de inocencia de los acusados, porque no hay pruebas que demuestren más allá de toda duda que ellos prendieron los voladores, lo que necesariamente determina su absolución.

El tribunal recalca que "no ha quedado adverado, al menos con la exigencia necesaria en el ámbito penal", que ni Antonio Isidro G. G., ni su mujer, Concepción H., tiraran los voladores.

"Tampoco (se ha acreditado) que hubiese sido algún miembro de la comisión de fiestas o persona o personas por ella comisionada, ni que lo hubiese sido en un acto bajo su supervisión directa y, por ende, bajo la posible responsabilidad de su presidente, José Javier F.P., por ser quien ostentaba su representación y superior dirección", añade la sentencia, que reproduce esta tarde el diario digital de La Palma "ElApuron.com".

La Audiencia recuerda que los tres acusados negaron durante el juicio haber lanzado cohetes aquella noche, "es más, declararon que decidieron dejar de tirarlos desde el atardecer debido a las condiciones climatológicas reinantes".

"Igualmente los testigos que los oyeron en esa franja horaria, coincidente con la del comienzo del incendio, y que fueron bastantes, e, incluso, los dos que observaron como uno caía sin estallar por la zona donde se originó, no vieron que fuesen ellos quienes los tiraron, ni tampoco que proviniesen del recinto de la plaza de Tigalate donde se estaba cocinando la tortilla gigante anunciada en el programa de las fiestas", añaden los magistrados.