El lunes por la noche entregó el testigo de la presidencia del Círculo de Bellas Artes de Tenerife a Pepe Valladares. Eso fue lo que decidieron los socios tras agotar el plazo que Dulce Xerach Pérez anunció el día que informó a sus compañeros de junta que dejaba el cargo por cuestiones personales: casi dos años y medio de gestión que recibieron el respaldo de los socios que asistieron al último "brindis" por una institución que en ocho años será centenaria. "No quiero dejar cosas atravesadas a los que vengan detrás", comenta antes de conocer los resultados de una votación que decidió alargar la continuidad del equipo del que ella formaba parte.

¿Qué balance hace de su estancia al frente del Círculo de Bellas Artes de Tenerife?

Realizar un balance con tan poco margen de análisis aumenta las probabilidades de ser inexacta; de no saber medir con precisión todo lo que hemos logrado en este tiempo. Supongo que el tiempo será el que haga esa valoración o juicio. Aún veo todo esto demasiado cerca y me gustaría poner algo de distancia. De lo que sí me siento muy orgullosa es de volver a abrir el Círculo de Bellas Artes a los jóvenes, que esta institución se convirtiera en su primera oportunidad.

Eso, salvando las distancias, es lo que ocurrió con la primera oportunidad que tuvo Óscar Domínguez, ¿No?

Él y otros muchos artistas como Maribel Nazco -hoy, a las 20:00 horas, recibirá el Premio Círculo de Bellas Artes 2016-. Sus primeras exposiciones fueron aquí y eso es lo que hemos tratado de rescatar en los últimos tiempos, es decir, dar mayor visibilidad a los nuevos creadores y algo menos a los que ya tienen el camino hecho.

Lo que nadie puede negar es que el pulso de los dos últimos años y medio ha sido intenso.

Igual eso solo obedece a la ilusión con la que afronta un reto un equipo de trabajo nuevo. Cuando llevas 12 años en un cargo, que fue lo que le pasó a Míriam Durango, el riesgo de que las ideas se agoten aumenta. Sus primeros años, no obstante, fueron realmente innovadores en materia de cibertecnología y arte. Un ciclo de gestión largo, unido a la crisis económica tan severa que sufrimos, provocó una sensación de adormecimiento que no quiero exponer a modo de crítica, sino como algo que puede suceder cuando aparece la rutina. Yo solo llevo dos años y medio y las ganas todavía superan a todos los inconvenientes del día a día. Por eso considero fundamental que nadie debería estar en un cargo seis años; ocho como máximo...

¿Qué es lo que se va a encontrar el equipo que tome el "relevo", si este finalmente se produce?

Muchos problemas a mitad de resolver... Si los socios deciden dar continuidad a esta junta -la que desde el lunes lidera Pepe Valladares-, sus integrantes saben los proyectos que están en marcha. Las obras del Círculo de Bellas Artes no se han terminado. Sí. Ya está instalado el ascenso, que era una de las prioridades, pero aún falta abrir la terraza y renovar el teatro. Ahora mismo acabamos de firmar un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para que este participe en la rehabilitación del inmueble. El año 2017 está programado y tendrán 12 meses por delante para ver qué es lo que se puede hacer en 2018. Cuando llegué, en octubre de 2014, solo se había programado hasta febrero de 2015. Ese es un "problema" que está solventado.

Si tuviera que hacer autocrítica... ¿Cuál ha sido el principal déficit en este periodo; que es lo que no ha podido acometer que le hubiera gustado cerrar antes de su adiós?

Faltan un montón de cosas... El principal déficit es de gestión. No podemos tener un equipo mejor porque no hay dinero para pagarlo. El personal que tenemos trabaja media jornada. Solo hay una persona con horario completo. Si lo que queremos es tener un Círculo más vivo es necesario disponer de un profesional con conocimientos y cintura para ordenar a los artistas, porque todos sabemos que los creadores viven una realidad distinta. Sobre todo, cuando hay que solventar una incidencia de tipo administrativo. Hay servicios que nosotros no podemos dar, consultas asociadas con la redacción de un contrato o la elaboración de una factura que nosotros no podemos ofertar porque no contamos con los conocimientos de un gerente. Una entidad de esta importancia no puede depender de la buena voluntad de unos pocos. Otro problema que debemos solucionar es archivo histórico.

¿En qué estado de conservación están esos fondos?

Están bien... Los fondos Westerdahl o Pérez Minik, por ejemplo, están ordenados y mucha gente los conoce, pero son cien por cien papel, es decir, no se han digitalizado y existe un gran desconocimiento alrededor de otra documentación que es vital para conocer la verdadera historia del Círculo de Bellas Artes de Tenerife. Ese es un problema que hay que resolver antes de cumplir el centenario (2025).

¿A qué se refiere cuando apunta que la historia está por escribir?

A que en los próximos años se deberían realizar tres o cuatro tesis doctorales que giraran alrededor de la historia del Círculo de Bellas Artes de Tenerife. Es verdad que se ha escrito de personajes como Bonnín, Domínguez, Pérez Minik o Westerdahl, que sí que tuvieron una conexión importante con la sociedad, aunque menos de la institución en sí. Hay especialistas que la han tocado de forma colateral, pero la historia del Círculo de Bellas Artes sigue siendo una asignatura pendiente.

¿Emocionalmente también se dieron días duros como la pérdida de un compañero de directiva -Carlos Vílchez-, jornadas en las que lo más fácil hubiera sido dejarlo?

Vivir el día a día del Círculo de Bellas Artes es muy bonito (hace una pausa). Esta presidencia ha sido como un juguete muy frágil con la que me llegué a divertir mucho. Aquí no sobra un duro nunca, pero habitualmente las buenas noticias son más reconfortantes que los disgustos.

¿Volvería a repetir una experiencia como esta?

Igual sí... No es algo que pueda descartar hoy, pero esto es comparable con el instante en el que llega un recién nacido y necesitas todo el tiempo que tengas para él. Mis compañeros no tienen dudas sobre mi implicación con el Círculo de Bellas Artes. Estoy dispuesta a ayudar, pero ahora no puedo estar al pie del cañón. ¡Segundas partes nunca fueron buenas!