El actual presidente de la Federación Canaria de Halterofilia descubrió su talento cuando solo contaba con ocho años de edad. Superó las reticencias de su madre a dejarla entrenar con la complicidad de sus tíos, amantes de la halterofilia. Sus referentes eran Lidia Valentín y José Navarro. Veía que competían por todo el mundo y anhelaba esa vida. Empezó entrenando tres días a la semana. Pronto fueron todos. Incluso en las vacaciones estivales. "Se convirtió en un amor total", sentencia la lagunera Atenery Hernández. Antes de cumplir la mayoría de edad tomó la decisión de irse al CAR de la capital de España. "Me había quedado medio estancada. Me dije: Si quiero ser una de las grandes, tengo que ir a Madrid". Su adaptación fue fácil. "Es lo que siempre había querido desde pequeña". Catorce años después de su flechazo muestra su reciente cosecha de medallas del Europeo sub ''23 y continúa su empuje para alcanzar mayores cotas: los Juegos Olímpicos, cómo no, entre ellas.

Le toca recargar pilas por la Isla.

Sí. Nuestra preparación son cuatro meses. Es una rutina. Viene bien salir de ahí, desconectar y ver a la familia que te apoya.

¿Se va a parar totalmente o continúa con cierta actividad física?

Entrenaré lunes, miércoles y viernes durante estas dos semanas que voy a estar en Tenerife. No es bueno parar tanto tiempo porque luego a la hora de recuperar la forma cuesta excesivamente.

¿Qué balance hace de este 2016?

Muy bueno. Estuve en el Europeo absoluto, donde conseguimos la plaza olímpica por equipos. Fui la suplente de Lidia Valentín de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Si a ella le hubiera ocurrido algo, yo hubiese estado allí.

Lidia no logró la plaza y sin embargo se la otorgaron.

Por ser la mejor durante todos estos años, la Federación Española de Halterofilia decidió darle la plaza a ella. Lo entiendo en parte, aunque para mí es un poco chasco. Se vio que lo hizo muy bien tras la lesión que sufrió. El fallo que tuvo el equipo, que ahora lo intentaremos corregir de cara a Tokio 2020, es que estuvo poco equilibrado. No debemos depender de los puntos de Lidia.

La leonesa es todo un icono.

La halterofilia es un deporte minoritario. Gracias a sus logros está siendo más vistoso. Para nosotros es importante que Lidia lo sea. La gente valora aún más el esfuerzo que hacemos.

¿Cómo ve al doble diploma olímpico, su paisano lagunero Andrés Mata?

También es un gran referente para mí. Viene de mi escuela. Es un luchador. Se propuso ir a Londres 2012 y lo logró. En Río 2016, lo ha vuelto a hacer. Todo lo que se marca lo consigue. Saca una energía a la hora de competir que a muchos atletas le gustaría tener. Se cuida bastante bien. Es muy estricto y entrena muy duro. Obviamente, va a ir a Tokio 2020.

Usted siempre está haciendo referencia a la cita con los aros.

Los dos años antes de que llegase Río no me veía capaz de ir a unos Juegos. A medida que vas mejorando ves que no estás lejos. Hoy en día pienso que puedo acudir y estar entre las mejores. Tengo que estar en Tokio. No quiero verlos por la tele como los de Río. Lloré de la emoción por mis compañeros, con los que hice la preparación. Lo pasé un poco mal.

El año también le trajo una lesión desagradable.

Después del Campeonato Absoluto Nacional, volví a la Isla y me lesioné aquí el hombro. Fue haciendo unos abdominales colgados. Me di cuenta que se me iba el brazo. Volví a Madrid y mediante una resonancia se descubrió que sufría una laxitud capsular.

¿Cómo fue el proceso de recuperación?

No te puedes pinchar nada que te fortalezca el hombro porque está prohibido -dopaje-. Tenía que trabajar mañanas, tardes y fines de semana. No había tiempo libre. Solo me dediqué a eso. Creía que no iba a llegar bien al Europeo sub ''23.

La Copa de la Reina, que ganó brillantemente con la Escuela Tinerfeña de Halterofilia, le ayudó a despejar esas dudas.

Me sirvió para ver cómo iba a estar. Me vino bien competir. No es lo mismo que entrenar.

Un oro en arrancada y dos platas: dos tiempos y Subcampeonato de Europa. El botín del Europeo sub ''23 no estuvo nada mal.

Todo me supo a oro. El oro en arrancada supuso mucha presión. Yo salí a 81 kilos y luego la rusa iba a un kilo por encima de mí. Por lo tanto, no podía fallar ningún intento. Es el primer oro que consigo en la halterofilia. No me lo creía por todo lo que había pasado con el tema de la lesión.

¿Qué espera del año 2017?

Lucharé por conseguir otra medalla en el Europeo absoluto. Las medallas que acabo de ganar cuentan, pero donde marcas tu territorio para ir a los Juegos Olímpicos es en los Absolutos. En el Mundial absoluto trataré de quedar entre las 20 mejores. El 2017 será un año de tanteo porque en 2018 ya se empiezan otra vez a acumular los puntos para conseguir las plazas olímpicas.

¿Habrá algún cambio en su preparación?

Voy por la línea buena, pero siempre hay que cambiar cosas.

¿Como cuáles?

Tengo que fortalecer más mi cuerpo, corregir fallos que tengo a la hora de levantar el peso y algunos gestos técnicos. Siempre hay que trabajar más. Si no, no se consigue avanzar.

Sus mejores marcas son 87 kilos en arrancada y 103 en dos tiempos. ¿Aspira a batirlas a corto plazo?

En el Europeo absoluto intentaré batir el récord de España en arrancada -88 kilos-, que hace muchos años que no se hace.

¿Y el de dos tiempos?

Está en 109 kilos. Ahí tengo que mejorar. Para acudir a los Juegos Olímpicos tengo muy claro lo que tengo qué hacer.

¿Qué es...?

Quizás 92 kilos en arrancada y 110 en dos tiempos. De aquí a cuatro años se puede hacer. Hay que ir poco a poco.

Los casos de dopaje están haciendo mucho daño a su deporte en los últimos tiempos.

Sobrevuela la eliminación de la halterofilia de los Juegos Olímpicos si siguen apareciendo. Yo soy joven, pero si me quitasen la opción de los Juegos, me quitarían la ilusión. Ese es mi sueño.

¿Cuántos controles pasa normalmente al año?

En cada competición paso uno. Luego, nosotros tenemos que estar localizados en cada momento. La Federación Internacional no avisa. Me pueden hacer un control en cualquier momento.