David Padilla Fumero (Santa Cruz de Tenerife, 1978) rompe su silencio tras su marcha de Zeta-Zetas, cuando ya está embarcado en Trabas, una murga por reflotar. De la infantil Mamelones (1986), que llegó a dirigir, a la adulta Quinquiñecos, con la que fue el director más joven, a sus 18 años. Chiripitifláuticos, Quinquiñecos infantil, Caprichosas, Guachi adulta, Marchilongas, Rebeldes, Cascarrabias... una larga nómina donde ha dejado su sello.

¿Sigue siendo fundador de Zeta-Zetas?

Sí, claro, toda la vida, eso no me lo podrá borrar nadie. Más que una murga o un grupo de amigos es un sueño cumplido: llevar a una murga de la nada a que la gente coree tu pasacalle.

¿Por qué se fue de Zeta-Zetas?

Me fui por diferencias con la directiva; sigo manteniendo amigos.

¿No le da pena dejarla atrás e irse a Trabas?

Siento una gran responsabilidad. En Trabas no vengo prometiendo finales ni premios, sino trabajo.

¿Qué es más complicado: levantar a Trabas o hacer una murga desde cero, como Zeta-Zetas?

Trabas tenía todos los componentes, solo faltaba colocar las piezas en su sitio. Coger una murga desde cero es mucho más complicado.

¿Un director musical puede darle la vuelta a una murga?

Sí, claro. No sé si lo lograré pero estoy convencido de que un Julio Alexis o un Víctor Asensio cogen otra murga que no sea Bambones o Diablos Locos y la ponen arriba, siempre que estén implicados un cien por cien. Igual en los primeros años no se meten en la pomada, pero sí podrían llegar.

¿Trabas llegará a final este año?

No se sí llegaremos a final, ojalá. Sí sé que se va a notar un cambio positivo en la murga.

¿Se notará el cambio en la calidad musical o en la letra?

No me fui a Trabas solo, sino con trece o catorce personas más, y conmigo viene el grupo de letristas de siempre.

¿Trabas 2017 es la suma del montaje de músicas de Bambones con genialidades de Zeta-Zetas como monigote o la pecera?

Trabas 2017 es el montaje de siempre de David Padilla. Es cierto que es un montaje muy similar al de Bambones y no lo voy a negar en la vida. Siempre he dicho que Bambones para mí musicalmente es brutal, y me gusta mucho más que Mamelucos, que admito que es espectacular. Me sale así porque llevo la melodía sobre tenores y no lo puedo evitar.

¿Le gusta el formato de concurso?

No me termina de llenar siete murgas en la final, me parecen poquitas para la calidad que hay hoy en día.

¿La final del año pasado fue mala?

No fue mala. Tal vez hubo murgas de las que se esperaba más.

¿Ya las mujeres se codean de tú a tú con los murgueros?

Sí, seguro. Y más que lo van a hacer. Hay murgas de mujeres que hacen cosas que las de hombres no sabemos; el ejemplo es Triquikonas, yo soy un palo y sería incapaz de hacer la cantidad de movimientos que hacen ellas.

¿Qué estilo se lleva ahora: crítica o humor?

Una mezcla de todo: temas con crítica, humor y que sean muy visuales.

¿El futuro es lo visual?

Lo visual ha estado toda la vida. El refrán "vale más una imagen que mil palabras" ya viene de viejo. Esa es la apuesta de mi grupo de letristas.

¿Se hace caja con el Carnaval?

Hay gente que hace caja; defiendo tanto al que cobra como al que no. Por mucho que cobres en el Carnaval no sale rentable porque comienzas a trabajar en febrero.