Cuando creí que lo había visto todo, ahora me dicen que una carne de vaca vieja es un manjar. Uno pensando toda la vida que lo más delicioso era la ternera lechal y fíjense ustedes. Qué tendrá la abuela vaca que la hace tan deliciosa: ¿serán los años, lo duro de sus carnes, quizás su experiencia? Yo me quedo loco. El otro día estábamos de paseo por la capital, me senté en la terraza de un buen restaurante al caer la noche y una camarera nos intentó vender a la cuadrúpeda anciana. Por una suerte de procedimientos que no acierto a reproducir, lo que antes era incomible ahora es una maravilla blanda como la mantequilla. Y sin haberlo preparado me ha salido un pareado.

Hoy los viejos desdentados ya no comerán sólo garbanzas, ahora también podrán disfrutar de todo este delicioso ramillete de vacas.

Ay, la vaca madura, ya en la Argentina sus pobladores apreciaban su valor desde hace años... Y nosotros en la inopia apostando por la juventud. Cuentan los expertos que bien tratada, las carnes de la vaca vieja tienen un sabor que te deja los ojitos en blanco del gusto y armados de una pieza. La vaca vieja se ha convertido en una cruel competidora para la ternerita, y yo me alegro, porque todo lo que sea ampliar el abanico del disfrute (del paladar) seguro que es bueno. O eso dicen.

@JC_Alberto