Miguel Santos ha decidido abandonar el área de Turismo del Cabildo de La Palma, al que llegó hace ahora ocho meses como gestor de área, en una de las grandes apuestas del gobierno insular, una renuncia motivada exclusivamente "por razones personales", según reconoció ayer a esta redacción.

Santos dejó claro que tiene "una magnífica relación con el presidente del Cabildo y con Alicia (consejera de Turismo)", pero que está "solo en La Palma", su mujer "en Tenerife y así es complicado. No puedo estar en dos sitios a la vez".

El creador de la marca Costa Adeje afirmó que le ha "encantado trabajar en La Palma. El proyecto me alucina, pero las circunstancias personales son las que son y me impiden seguir".

Santos defiende que desde el punto de vista turístico, La Palma "tiene muchísimo futuro, y no es cierto que llegue tarde al turismo, llega en el momento oportuno para un turismo de nueva generación. La gente demanda senderismo, naturaleza, tema de las estrellas, paisaje y La Palma ofrece todo eso, unido a su gastronomía, buenos vinos y cultura".

Eso sí, el ya exasesor de Turismo defiende que la Isla "necesita reconvertir y renovar" parte de sus alojamientos, además de hacer "una oferta de nueva generación. La Palma precisa de cientos de camas más, pero evitando que la cosa se desborde. Hablo de un desarrollo sostenible. Tampoco se puede hacer algo desorbitado. Para La Palma sería un error copiar el modelo turístico de otras islas. Tiene que ser ella misma, con su propio modelo y no copiar lo mismo. No hay que hacer un Maspalomas o Playa de Las Américas. No, eso no cabe en La Palma".

Santos es consciente de que la Isla "siempre ha tenido algún problema para desarrollarse, sobre todo en tema de planificación. Ahora se ha hecho una buena labor y con la nueva Ley de Islas Verdes se puede hacer un desarrollo sostenible muy razonable, con hoteles de calidad, aprovechando incluso el propio patrimonio arquitectónico de la Isla. El ejemplo es la Hacienda de Abajo, hotel pequeño y de muchísima calidad".