El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma ha cerrado 2016 de la misma forma que lo lleva haciendo durante los últimos 7 años: pidiendo un préstamo a 12 meses que le permita disponer de liquidez. Ya se ve como "un trámite habitual", aunque no debería de serlo.

En esta ocasión, el crédito es de 1.650.000 euros. Similar, en concreto 100.000 euros menos, al solicitado en diciembre de 2015. En realidad, el nuevo préstamo sirve para amortizar el anterior, ante la imposibilidad de pagarlo en los 12 meses por los que fue solicitado. Es más, el propio interventor municipal aventura en su informe que a lo largo de 2017 "no se podrán generar los suficientes recursos para cancelar la totalidad de la operación a concertar". O, dicho de otra manera, a finales del próximo año tendrá que pedir otro crédito para cerrar el que ahora solicita.

De todas formas, el interventor en su informe destaca "el esfuerzo realizado en los últimos cinco años" para reducir el préstamo, "al contrario de lo ocurrido en los años 2009, 2010 y 2011, en la que no solo no se cancelaron las operaciones a corto plazo vigentes sino que las mismas se ampliaron hasta los 2.500.000 euros". En un lustro "la reducción ha sido de 850.000 euros".

El propio técnico admite que "es notorio la dificultad que tiene esta corporación para reducir la deuda financiera a corto plazo sin comprometer pagos esenciales y prioritarios para el normal funcionamiento de los servicios públicos básicos", aunque da luz verde a la operación y destaca la mejoría experimentada por las arcas municipales.