El año astronómico en 2016 ha contado con un total de once lunas llenas, una ''gran superluna'' que fue la más grande de los últimos 70 años, cinco eclipses -dos de Sol y tres de Luna-, y seis grandes lluvias de meteoros, según los datos del Observatorio Astronómico Nacional del Ministerio de Fomento, recogidos por Europa Press.

La primera luna llena del año llegó el 24 de enero y le siguió la del 22 de febrero. La primavera arrancó con una luna llena el 23 de marzo y más tarde otras los días 22 de abril, 21 de mayo y 20 de junio. Mientras que en verano, la primera se hizo esperar un mes y se pudo observar el 20 de julio, dándose las siguiente el 18 de agosto y 16 de septiembre.

A su vez, en otoño la primera luna llena tuco lugar el 16 de octubre y le siguió la superluna del 14 de noviembre -fue la más grande desde hace 70 años y no habrá otra igual hasta 2034-. La última luna llena del año fue el 14 de diciembre que, aunque tuvo menor intensidad que la del mes anterior, también fue considerada una superluna.

Por su parte, el primer eclipse del año -un penumbral de Luna- se dio la noche del 10 al 11 de febrero y fue visible en España, aunque su observación fue algo difícil puesto que apenas se oscureció el disco lunar. También se dio un eclipse anular de Sol el 26 de febrero que fue visible en Sudamérica, África y la Antártida.

Igualmente, el día 23 de marzo tuvo lugar un eclipse penumbral de Luna que no fue visible en España pero sí se pudo observar en Asia, Australia, Océano Pacífico y América. Por el contrario, España sí que pudo observar desde todo su territorio el día 9 de mayo el tránsito de Mercurio por delante del Sol, que también fue visible en su totalidad en el este de América, oeste de Europa y el extremo más occidental de África.

Durante el verano se produjeron dos eclipses, uno anular de Sol el 1 de septiembre que fue visible en el Atlántico, África y el Índico; y otro penumbral de Luna el 16 de septiembre que sí fue visible en España, así como en el Pacífico, Australia, África y Europa. Otoño, sin embargo, no contó con ningún eclipse.

LLUVIAS DE METEOROS

Por otra parte, el año 2016 comenzó con la lluvia de meteoros más importante del invierno, las Cuadrántidas, cuyo máximo se dio el 3 de enero. No obstante, durante el año se pudieron observar varias lluvias de meteoros que se produjeron ocasionalmente.

La lluvia más importante de la primavera fue la de las Eta Acuáridas, cuyo máximo se tuvo lugar el 5 de mayo. Así, en verano se dieron las Acuáridas, que tuvo el máximo ritmo el 30 de julio, y la más famosa del verano, las Perseidas, cuyo máximo tuvo lugar alrededor del 12 de agosto.

En otoño se dio una de las lluvias de meteoros más intensas, las Leónidas, que llegó alrededor del 17 de noviembre, mientras que el 13 de diciembre se alcanzó el ritmo más alto de la última gran lluvia de meteoros, las Gemínidas.

VISIBILIDAD DE LOS PLANETAS

En cuanto a la visibilidad de los planetas, en el invierno Venus y Marte fueron los luceros vespertinos y Saturno el matutino, mientras que Júpiter (muy brillante) pasó de verse al amanecer, a ser visible toda la noche durante febrero y terminando el invierno siendo visible al amanecer.

Además, al comienzo de la primavera Venus, Marte y Saturno fueron visibles al amanecer. Venus desapareció del cielo matutino a mediados de abril, mientras que Marte y Saturno pasaron a ser visibles toda la noche a mediados de mayo y terminaron la primavera siendo visibles al atardecer junto a Júpiter que fue visible durante toda la primavera en el cielo vespertino.

Asimismo, en todo el verano fue visible al amanecer Urano y al atardecer Marte, Júpiter, Saturno y, desde mediados de julio, Venus. A su vez, en el otoño el amanecer fue visible Júpiter, mientras que Urano lo fue toda la noche al principio de la estación, pasando a mediados del otoño a ser visible únicamente en el cielo vespertino junto con Venus, Marte y Saturno.