No es la primera vez que su voz suena en la Isla, un lugar que la cautiva, según confiesa, con tono sincero. "Tenerife me parece un lugar particular, por su vegetación y sus playas. La verdad es que no he subido nunca al Teide y esta vez estoy empeñada en cumplir con ese sueño".

Desde la curiosidad de su mirada recorre los murales que cubren el Salón Noble del Palacio Insular, obra del artista José Aguiar, y no esconde su fascinación, aunque reconoce que no termina de entender todo lo que representan las pinturas.

Pero cuando se detiene a medir los tiempos y la evolución del sector de la música, concluye que "por una parte piensas que la velocidad de las cosas te pasa por delante, pero entiendo que debo transitar mi camino, intentar no perder comba, adaptarme a las circunstancias y sin que eso me impida mantener mi ritmo y mi estilo propio".

La música, con todo, suena distinta, una consecuencia que Sole Giménez considera natural y lógica. "Físicamente, empezando porque el mp3 acorta mucho la frecuencia y por tanto se pierde parte de calidad y, además, porque los gustos y modas han cambiado. Pero también sucedió en el siglo XIX y así cualquier época".

De su aventura en solitario, tras la experiencia en conjunto con Presuntos Implicados, la cantante considera sobre el trabajo en soledad que "si uno está demasiado entretenido pierde la capacidad para abstraerse del día a día, de la rutina y lo cotidiano. Quizá por eso creo que resulta preciso escuchar y prestar atención a las melodías que suenan en la cabeza".

En su condición de ciudadana, apegada a la realidad, sostiene que "España ha cambiado mucho en estos últimos diez años. Y aunque esté mal que lo diga, este país se ha empobrecido no solo económicamente, sino social y moralmente. Estamos atravesando un bache que espero se supere cuanto antes", sentencia.

Y en cuanto a madurar sobre el escenario sostiene que "estar por estar, tampoco".

De las viejas canciones dice son amigas de siempre. "Lo que hicimos en el último disco", que lleva por título "Cómo hemos cambiado", lo considera una experiencia única. "No esperaba que ese reencuentro fuera tan entrañable. Las canciones siempre se reinterpretan, también tienen derecho a evolucionar, como todos".

Sobre su relación con el público explica que está marcada por una enorme complicidad, si bien "depende del lugar y del formato", matiza. "No es lo mismo interpretar junto a una Big Band", caso del concierto en Garachico, "que hacerlo con voz y piano". Lo cierto es que cada público le transmite una energía diferente. "A veces los siento como esos invitados que uno tiene en casa y a los que quiere agasajar".

De la Big Band de Canarias, compañera en esta cita, junto a Luisa Machado y el Coro de la Villa, señala que "suena de maravilla", y habla de un concierto que "tiene sentido y creo que la gente lo va a disfrutar".

Pero Sole Giménez no para; su voz es requerida aquí y allá. Antes de Garachico cantará ante el público de Logroño y a la vuelta del año, ya desde el mes de enero, la espera un nuevo disco.

Escuche en su móvil el tema "Alma de blues" que interpreta la artista Sole Giménez.

Sole Giménez

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