Estuvo cerca de ver la luz como "Una ciudad de ensueño: La Laguna, V siglos de turismo", pero su autor, tras borrársele el contenido hasta en tres ocasiones mientras escribía de madrugada, optó por arrancar de cuajo del título cualquier referencia al "sueño". Por suerte, expertos en informática consiguieron recuperar el material elaborado y el proyecto pudo seguir adelante sin necesidad de tener que empezar de cero. Pero se quedó, eso sí, solo en "V siglos de turismo en La Laguna".

Quien solía redactar a esas horas y que ha conseguido reconstruir este recorrido por la historia del turismo en el municipio es el periodista de EL DÍA Domingo García Barbuzano, que ha dedicado tres años a un texto de en torno a 200 páginas. "Aunque no todos los días, sino una vez terminaba mi jornada laboral, en los ratos libres...", precisa. "Fue una labor de visitar archivos y consultar documentos, y después redactar", continúa explicando sobre el proceso de un libro que recoge las influencias de lo extranjero; "apartados más rigurosos", como determinar los foráneos que vivieron en una determinada calle, o el relato de anécdotas u otros aspectos menos densos.

En el capítulo de arranque de esta obra presentada recientemente y editada por el ayuntamiento, Barbuzano recopila los "piropos" que, prácticamente desde los albores de la ciudad, expresaron hacia sus potencialidades turísticas personajes como Sir Edmund Scory, Leonardo Torriani o Fray Alonso de Espinosa. "En 1796 llegó a La Laguna, con 35 años, André Pierre Ledru, un francés que podría considerarse como el primer turista de la ciudad, ya que permaneció 129 días en Tenerife", indica en la publicación sobre lo que vino después. "Al no haber hotel se quedó en la casa del marqués de Villanueva del Prado, que podría ser considerado también como el primer guía turístico, pues está documentado que acompañó a Ledru a pasear por La Laguna y le explicó toda su esencia", añade.

Sostiene el investigador lagunero que el título hace referencia a cinco siglos por su capacidad para enganchar y porque, a su juicio, quienes visitaron La Laguna y se quedaron a trabajar, como es el caso del gremio de los plateros, se pueden considerar turistas. Justo ahí está el kilómetro cero de lo que ocurrió posteriormente: la llegada de otros "extranjeros de relieve" (Thomas Nichols, Sabino Berthelot, Carlos Guigou, José González Rivero...), las excursiones, los primeros folletos -como el que realizó en 1892 Ellerbeck para los ingleses-, los comercios dedicados a ese tipo de clientes... Vértices todos ellos que componen una larga historia que, según afirma Domingo Barbuzano, "hasta ahora no era muy conocida".