Unos 80 taxistas, 129 según los organizadores, todos "identificados" previamente -bastantes menos de los 150 a los que "limitó" la protesta la Subdelegación del Gobierno por "seguridad"- se manifestaron la tarde de ayer haciendo sonar sus pitas, con carteles reivindicativos y el intento de frenar el tráfico por el improvisado "circuito" que fue Tres de Mayo durante dos horas. Los motivos de esta escenificación en la calle -primera de las tres previstas en este segundo capítulo navideño- para expresar el malestar del sector son los ya conocidos más uno nuevo. Lo argumentó así Miguel Ojeda, presidente de Élite Taxi, uno de los cinco colectivos convocantes: "Las amenazas desde el ayuntamiento, porque el sector no trabaja con amenazas". Además culpabilizó al alcalde de la medida de la Subdelegación, porque "se basó en un informe de la Policía Local, cuyo jefe es él".

Las paradas vacías de la avenida, a la altura de la calle Áurea Díaz Flores y El Corte Inglés, eran las únicas señales visibles, junto al operativo policial, de que era inminente otra tarde de "pitadas". Poco a poco, los taxistas se fueron incorporando desde distintos puntos, "pese al bloqueo de la policía", según valoraron desde su óptica. De la rotonda de la piscina a la de El Corte Inglés. Y vuelta.

Sobre las siete y media prácticamente ya no había coches en los dos sentidos de la vía. No la colapsaron, pero la dejaron semivacía. Entre los vehículos de los taxistas, algunos conductores "atrapados" y guaguas del servicio público. La mayoría de la gente "de a pie" observaba con cierta indiferencia. Esperaba la guagua en las paradas o entraba y salía como riada humana de unos centros comerciales repletos. Los que opinaron mostraron la división que suelen despertar acciones como esta. Desde quienes se adherían por ser "la única manera de conseguir algo" a los que incluso insultaban a los protagonistas por la incomodidad sufrida.

Ojeda insistió en solicitar "las disculpas de quienes se hayan sentido perjudicados, pero no nos han dejado otro camino". La protesta respetó los semáforos y el paso de los peatones. Eso hizo a la caravana de taxistas menos compacta de lo deseado por ellos.

El colapso real estuvo más que en la Tres de Mayo en las entradas a la ciudad. Sobre todo por la piscina y Manuel Hermoso pues por la avenida Marítima el tráfico fue más fluido.

La protesta, la tercera en dos semanas, tras las de la pasada Navidad, fue menor que otras veces en cuanto a la cifra de taxis -la inmensa mayoría con la tarifa 1 sin nadie dentro o el cartel de ocupado; algunos con la luz verde-.

Tal vez pese el desgaste de tanta movilización, aunque el balance de los convocantes fuera "fantástico" al tener en cuenta "que muchos compañeros, ante el límite de vehículos, pensaron que no hacía falta movilizarse". Hoy y mañana vuelven a convocar en el "circuito Tres de Mayo". Un nuevo pulso con las administraciones por lograr la tarifa equiparada, la resolución del "transfer" y, sobre todo, el rescate de licencias "con rapidez". Ahora hay que sumar el hecho de que "no negocian, sino imponen porque parecen los dueños de la flota" y, sobre todo, por "las amenazas".

"Diálogo sin paros"

El Ayuntamiento de Santa Cruz "mantiene su voluntad de dialogar sobre cualquier propuesta que formulen los profesionales del taxi sin la amenaza de paros y movilizaciones, como las fijadas para esta semana por algunas asociaciones del sector. Mantenemos las puertas abiertas para seguir cerrando acuerdos desde el diálogo y sin presiones", señaló ayer en un comunicado el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga. Las nuevas reivindicaciones transmitidas en la mañana de ayer por algunas de las asociaciones del taxi del municipio "solo serán tenidas en cuenta cuando se desconvoquen movilizaciones como las anunciadas para esta misma tarde (por ayer), que lo único que consiguen es incomodar tanto a vecinos y visitantes como empresas y empleados del comercio, en unas fechas y horas clave para todos ellos", agrega. Arteaga señaló que "no se pueden pedir cosas nuevas, como han hecho hoy (ayer), sin sentarse siquiera a hablar con el ayuntamiento, en una postura con la solo están tratando de justificar lo injustificable, suponiendo un perjuicio enorme para la ciudad. En la mano de los representantes de estas asociaciones está evitar molestias innecesarias a la ciudadanía y ver materializado lo que el sector ya tiene comprometido con el Ayuntamiento de Santa Cruz".

"Esta no es la vía"

El alcalde, José Manuel Bermúdez, manifestó ayer que "no sé si habrá una solución al conflicto del taxi porque han elegido la peor manera de mostrar su descontento: perjudicar a comerciantes y vecinos que no tienen culpa de sus problemas y hacerle daño a la ciudad en estas fechas. Han elegido la vía de la ruptura y espero que vuelvan a la senda del diálogo, la única posible para lograr resultados. Por la otra no conseguirán nada". En cuanto a la posibilidad de restringir el tráfico en el centro, valoró: "Eso está en fase de estudio, igual que la posibilidad de establecer aparcamientos rotatorios para beneficiar al comercio. Pero no hay nada decidido. No tenemos problemas de tráfico, salvo en las horas puntas".