Unidos Sí Se Puede, la marca de Podemos en La Laguna, anunció hace pocos días su intención de abrir conversaciones con otras fuerzas políticas para intentar desalojar a José Alberto Díaz de la alcaldía. De momento, esas conversaciones no han arrancado aún, al menos de forma oficial, aunque en los mentideros laguneros se manejan todo tipo de opciones. Desde la más clásica, que es colocar a Santiago Pérez en la alcaldía, pasando por la que debiera ser más obvia, que es articular una mayoría en torno a quien lidera la segunda fuerza política del consistorio, Rubens Ascanio -el promotor de la iniciativa-, o incluso otras opciones más alambicadas, como la de una mayoría que respalde a Javier Abreu o a la socialista Mónica Martín. En todas las opciones para un acuerdo de izquierdas alternativo al actual, es absolutamente necesario contar con un mínimo de catorce concejales, de un total de 27, para que la moción llegue a presentarse.

Por lo que se sabe hasta hoy, y sin entrar siquiera a valorar quien sería el candidato con más opciones, son partidarios de la censura tanto la marca lagunera de Podemos como el grupo Por Tenerife, que encabeza Santiago Pérez y los dos concejales expulsados por el PSOE, Javier Abreu y Yeray Rodríguez. Eso suma once. Se precisan, pues, tres concejales más.

El primer tanteo debería producirse con los tres concejales del PSOE oficial, pero Mónica Martín ha dicho claramente a la gestora del PSOE que nunca apoyará ningún acuerdo que haga alcalde a Santiago Pérez, que denunció a su padre por el ''affaire'' de Las Teresitas, ni que implique la participación de Javier Abreu, con el que no se entiende ni en pintura. Aún así, cabría la posibilidad de sumar una mayoría si Mónica Martín aceptara ser ella la candidata, o si se lograra incorporar a los concejales de Ciudadanos y -al menos- a uno de los socialistas, quizá Zebensui González, que en su día, tras el cese de Javier Abreu por el actual alcalde, se mojó por Abreu presentando su renuncia a las competencias que tenía delegadas. Es verdad que poco después, cuando intervino la federal del PSOE contra Abreu, González se reincorporó a la disciplina de su partido, y en los últimos días se le ha escuchado decir que él no va a aceptar ninguna presión de nadie, y que hará lo que decida su comité local, que preside precisamente Mónica Martín.

Las cuentas son endiabladas, una situación recurrente en la política española y canaria desde la aparición de los nuevos partidos, pero queda una posibilidad de la de momento se habla poco, que es la de abrir la censura por la izquierda a una más amplia, cuyo objetivo declarado sería no el de aplicar un programa distinto, sino sacar a Coalición del consistorio, y en la que -se especula- podría participar Antonio Alarcó, si se le ofrece la alcaldía, quizá con el apoyo de su partido.

Esas son las opciones que hoy existen. No son muchas ni muy claras, ni parece que puedan presentarse en base a un proyecto común por parte de las opciones alternativas. Claro que en política -es sabido- la venganza puede usarse como el mejor de los pegamentos.