El Papa ha exhortado a los supervivientes del terremoto, que el pasado 24 de agosto asoló el centro de Italia, a tener esperanza y a "comenzar de nuevo sin perder la capacidad de soñar" durante una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano.

"Reconstruir el corazón no es optimismo, no hay lugar para el optimismo, solo para la esperanza. El optimismo es una actitud que sirve un poco, solo en un momento, pero no tiene sustancia", ha subrayado. El Pontífice ha saludado uno a uno a los participantes a medida que entraba en el Aula Pablo VI. Al inicio varias personas contaron su experiencia en esta tragedia.

Francisco ha reconocido que en su situación "lo peor que se puede hacer es pronunciar un sermón", de manera que ha preferido hacer un comentario a partir de los dos testimonios que han precedido su alocución. "He cogido lo que dice vuestro corazón para hacerlo propio y hacer una reflexión sobre esto", ha comentado.

Así, entre las frases que ha destacado el pontífice estaba: "tener la valentía de soñar de nuevo" o "reconstruir con las manos". El Papa ha expresado que "el dolor es grande" y ha señalado que es necesario "reconstruir con el dolor". "Para reconstruir es necesario el corazón y las manos. Manos como las que Dios tiene, que como un artesano que ha creado el mundo, las manos que curan. Las manos de los bomberos que han ayudado a salir de los escombros", ha comentado.

"Esa mano que deja a su hijo en los brazos de alguien para ir a ayudar a otra persona. La mano de alguien que me ha guiado", ha agregado. En otra parte de su discurso, que ha sido totalmente improvisado, el Papa ha dicho que se sentía "orgulloso de los párrocos que no han dejado la tierra". "Es bueno, tener pastores que cuando ven el lobo no huyen", ha manifestado. Así, ha señalado que, aunque han perdido muchas cosas, se han convertido "en una gran familia de otra manera".

Además, ha reivindicado el valor de la solidaridad. "La cercanía nos hace más humanos, más valientes. Una cosa es ir solo por el camino de la vida y otra cosa es ir de la mano con otro. Esto es algo que habéis experimentado", ha añadido.

El Papa también ha aprovechado la ocasión para reflexionar sobre las heridas que quedan ante una tragedia como un terremoto: "Se puede herir con palabras vacías, o con noticias que no tienen respeto, ni ternura ante el dolor. Cada uno ha sufrido algo, algunos han perdido mucho, la casa, los hijos, los padres o al cónyuge* Pero es el silencio, las caricias y la ternura del corazón lo que ayuda a no herir", ha subrayado. Por otro lado, ha comentado que "se hacen milagros en los momentos del dolor". "Ha habido reconciliaciones, porque se dejan a un lado las antiguas situaciones y te reencuentras en una nueva situación", ha dicho.

El Pontífice también ha hecho hincapié en la importancia de llorar juntos: "Llorar solo hace bien. Es una expresión ante nosotros y ante Dios, pero es mejor llorar juntos", ha señalado.

Finalmente, ha agradecido a los presentes su visita y ha reiterado su cercanía: "Cuando supe lo que había sucedido, nada más despertarme sentí dos cosas: Tengo que ir y mucho dolor. Con este dolor fui a celebrar la misa. Gracias por venir hoy. Gracias por lo que habéis hecho, por ayudarnos a construir y reconstruir los corazones, las casas, el tejido social* También para reconstruir con vuestro ejemplo el egoísmo que anida en los corazones de los que no hemos sufrido esto".