"Son los taxistas. Lo taponan todo de seis a ocho y llevan así tres días ". Una mujer explicaba ayer a un familiar en la puerta del hotel Atlántida la razón de la caravana de vehículos que, entre diez y veinte kilómetros por hora y el constante sonar de las pitas, recorría en ese momento la avenida Tres de Mayo. "Y qué piden", inquirió aquél. Tras unos segundos de reflexión, ella sentenció: "Pues no lo sé". Pese al malestar de muchos, la indiferencia de otros y la ignorancia de algunos, los profesionales del sector, convocados por cinco colectivos, sí tienen claro el porqué su tercera jornada de movilización y colapsaron de nuevo la vía y los accesos a Santa Cruz.

Sobre el centenar -96 contados, más de 300 para los organizadores y 50 según la Policía Local- de taxis acudieron a la cita esta vez. Además de los habituales carteles hubo consignas: "Señores, hay que luchar por lo nuestro" o "Ya ven que el ayuntamiento no quiere mejoras". También consejos de "estrategia" de lucha: "Cámbiense de carril, ocupen los dos, que no nos lleven como corderos por uno solo". De un vehículo a otro se contaban su "caótico" y poco rentable Fin de Año.

Los miembros de la Policía Local se afanaron un día más por desviar el tráfico en todos los caminos que llevan a Tres de Mayo. El único incidente ayer fue un leve roce entre un agente y un taxista.

Marchas como esta cansan a todos: protagonistas y espectadores. Así, se escucharon palabras y frases como "pesados" y "hasta cuando van a estar estos... dando vueltas". Porque ya hay nervios. Vienen los Reyes y no se encuentra el regalo pedido ni el detalle deseado. Pero sin altercados. También hubo quien exclamó despistado: "Aquí pasa algo. Seguro que es un accidente".

Resumen de ayer: menos taxis (bastantes, pese a todo), menos vehículos en general y menos gente que las jornadas anteriores en un "circuito Tres de Mayo" que volverá hoy a la normalidad.

Miguel Ojeda, presidente de Élite Taxi y promotor de la protesta, valoró la jornada y el global de las tres: "Bestial, se ha desbordado todo por las amenazas al sector". Y concluyó: "Si quieren hablar, estamos dispuestos, pero el primer paso lo tienen que dar ellos".

Veinte minutos antes de las ocho, hora fijada para acabar, los taxistas se sentían ganadores del "pulso" y lo expresaban con el constante sonar del claxon. ¿Y ahora qué? Terminó el "tercer tiempo" de la semana de Reyes, pero el partido, todavía no.

Bermúdez: "Diálogo, sí, pero sin chantaje"

El alcalde Bermúdez aseguró ayer estar dispuesto, "como siempre", a "dialogar, con los asuntos juntos o por separado" pero debe cesar el "chantaje permanente a vecinos y comercios que no tienen ninguna culpa". Añadió que "una minoría del sector no puede condicionar los acuerdos con sus representantes. He estado personalmente en cinco reuniones los últimos tres meses" (29 de septiembre, 26 de octubre, 24 de noviembre, 21 y 22 de diciembre). En ese marco, valoró, "se alcanzaron acuerdos de los que se desmarcan un centenar de los 897 taxistas". El diálogo, explicó, "solo es posible cuando hay predisposición por ambas partes y se retomará en cuanto depongan una actitud que perjudica a los ciudadanos y a los sectores económicos de los que ellos mismos viven". El alcalde se preguntó "cómo es posible negociar si un día se alcanzan acuerdos y al siguiente se desdicen. Un diez por ciento de los taxistas no puede condicionar los asuntos pactados y firmados con todo el sector". Bermúdez recordó que de las tres reivindicaciones principales, dos, el transfer - "el Cabildo conoce la propuesta"- y la tarifa única -"el Gobierno de Canarias solicitó plazo hasta el 9 de febrero"-, no son competencia municipal. La tercera, el rescate de licencias, "se ha asumido desde 2011 con 141 y dos millones de euros en el próximo presupuesto. Llegaremos a las 732 y nos quedan todavía 165".