El nuevo vicepresidente y conejero de Obras Públicas, Transportes y Puertos, el grancanario Pablo Rodríguez, ha roto estos días la premisa de los nuevos integrantes del Gobierno de no hacer declaraciones hasta tomar posesión oficialmente, lo que ocurrirá este lunes. En una charla con EL DÍA, el único diputado regional de CC por esa isla recalca que pretende superar la etapa de diferencias, choques mediáticos y fricciones potentes entre su nuevo departamento y el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso. Por eso, deja claro su predisposición a permitir que la Administración tinerfeña asuma la adjudicación, financiación (por adelantado) y ejecución de obras en aras de desbloquear infraestructuras claves, aunque siempre dentro de la ley y sin dar motivos a nadie, a la oposición parlamentaria, por ejemplo, a que pueda presentar recursos por delegación o asunción de competencias ajenas.

Rodríguez subraya que, en el pasado, hay diversos ejemplos de colaboración administrativa en el Archipiélago y que estos precedentes sirven perfectamente para que sea aplicados a infraestructuras viarias determinantes para el presente y futuro de Tenerife, como el cierre del anillo insular o las distintas medidas para minimizar o evitar en lo posibles las insoportables colas mañaneras en la autopista del Norte en dirección a Santa Cruz. Unos atascos que han ido in crecento en los últimos años de forma cada vez más grave, pero que se remontan a mediados de los años 90, sin que se hayan tomado iniciativas eficaces para contrarrestarlos. Unas colas que, como se ha comprobado en estas fechas navideñas, cuando han desaparecido, se deben, sobre todo, a la universidad y el resto de la actividad docente, así como la relevancia laboral del área metropolitana, cuya actividad se reduce un poco en Navidad.

Rodríguez confía en que una nueva etapa de colaboración acabe dando los resultados deseados en estos casos. El Cabildo está dispuesto a adelantar buena parte de los millones necesarios para el túnel de Erjos, el gran escollo actual para seguir avanzando en el anillo insular, así como adjudicar los tramos necesarios. Sin embargo, la anterior consejera del ramo, la socialista Ornella Chacón, siempre antepuso las competencias regionales y, aunque estaba dispuesta a la colaboración, supeditaba todo al dictamen jurídico y técnico de la Comunidad.

Rodríguez tiene en esta situación atascada uno de sus grandes retos y, según subraya, el carácter interino que algunos le achacan a su designación no le hace perder ni un segundo. De hecho, asegura que planifica y trabaja ya con vistas a estar en la vicepresidencia y la consejería hasta que concluya la presente legislatura, con independencia de que el PP acabe cogobernando. En ese caso, muchos dan por hecho que la vicepresidencia recaerá en el líder popular, Asier Antona, pero a Rodríguez no le preocupa esta posibilidad.

Es más, ni siquiera descarta que el gobierno en minoría de CC se mantenga todo este tiempo y lo ve viable si, mediante mucho diálogo y consenso, consiguen ir aprobando las leyes claves.

Sobre sus intenciones para el resto de su área, Transportes y Puertos, asegura que aún es pronto para anunciar sus principales líneas de actuación, previsiones o cambios, aunque también está analizando la situación en cada departamento desde que el presidente Clavijo le anunció oficialmente su designación. Según desvela, ese anuncio se produjo hace escasos días, a pesar de que su nombre fue el primero que sonó con fuerza para la vicepresidencia, cargo que requiere escaño en la Cámara.

Desvincula su designación de un refuerzo de CC en su isla

Pese a sus escasos 35 años (uno de los consejeros más jóvenes en la historia de la autonomía), a Rodríguez se le auguraba un gran presente y futuro que Clavijo ha corroborado de forma contundente con su designación como vicepresidente. Claro que la obligación a que ese cargo lo ocupe un diputado estrechaba las opciones y Rodríguez, además, cumple la condición de ser el único representante ahora de CC en Gran Canaria, el gran agujero negro electoral de su partido y que ahora queda reforzado con el número 2 del Ejecutivo, que se suma al consejero de Economía, Pedro Ortega, y al nuevo de Sanidad, el independiente José Manuel Baltar, la elección más polémica por su apuesta por lo privado. Rodríguez, sin embargo, desliga la designación de intereses partidistas y subraya que el Gobierno está para pensar y actuar anteponiendo el interés general de todas las Islas. No obstante, sí cree que le ha beneficiado la limitación reglamentaria para el cargo de vicepresidente y su experiencia como edil de Urbanismo de Telde, cargo durante el que aprobó el Plan General de Ordenación en un municipio históricamente muy complejo para lograr consensos políticos, lo que se considera casi un máster en ese ámbito. Rodríguez cursó Administración y Gestión de Empresas y tiene estudios en Derecho Público y Urbanístico, especializándose en Gobierno abierto y ciudades colaborativas y conectadas. Ha sido vocal del Consejo de Gobierno y del Claustro de la ULPGC.