El regreso de Anthony Lozano a las alineaciones del Tenerife equivale al primer gran refuerzo de los previstos para esta segunda mitad de la Liga. El hondureño, que se lesionó el 29 de octubre en el partido contra el Rayo Vallecano en el Heliodoro, se ha perdido siete partidos completos.

Paradójicamente, en ausencia de su jugador franquicia, el equipo de Martí ha levantado el vuelo en la tabla de clasificación, de hecho en este tramo de competición el Tenerife solo ha perdido un partido, en Valencia ante el Levante, ha empatado tres (dos en casa ante Numancia y Huesca y uno en Girona) y ha sumado tres victorias: frente a UCAM y Alcorcón en casa, y en la visita al Lugo. Incluso, la ausencia de Lozano ha provocado que su teórico sustituto en la punta del ataque, el senegalés Amath, se ha destapado como goleador, faceta en la que encontraba notables dificultades cuando jugaba arrimado a la banda izquierda. Amath, ya en el mismo encuentro de la lesión del Choco, le hizo dos dianas al Rayo, que luego prolongó hasta cinco en los siguientes encuentros, para convertirse en el máximo realizador del equipo.

En el fondo de la cuestión, ha habido un cambio de apuesta por parte de Martí en ausencia de un jugador indiscutible como es Lozano. El entrenador del Tenerife ha propuesto llegar al gol a través de la velocidad por los pasillos interiores del campo, y su idea le ha funcionado a la perfección, gracias a esa virtud en la que destaca Amath, especialmente cuando actúa como jugador más avanzado. Entonces ¿qué hacer ahora que se añade el hondureño al equipo? Lo normal es que Martí sume el talento del Choco aunque se trate de jugadores diferentes y mantenga en punta una pareja formada por Lozano y Amath. Eso traería consigo que Aarón o Cristo González se disputaran una plaza en el sector izquierdo del ataque. El último partido de Aarón Ñíguez, ante el Alcorcón, le da cierta ventaja para ser titular.

El argumento de jugar con cuatro futbolistas en el bloque ofensivo permite determinados mecanismos de funcionamiento ofensivo, como la llegada al ataque de Iñaki desde el lateral, para que Aarón se mueva hacia el interior y desde allí enriquezca los ataques como cuarto volante. Además, el 4-2-4 (también se puede dibujar como 4-2-3-1 con Lozano de enganche) trae como consecuencia que en el medio -como pivotes- haya solo dos elementos sujetando al bloque defensivo (en Tarragona serán Vitolo y Alberto, porque Aitor Sanz sigue con problemas en un tobillo).

Como punto de partida, o como declaración de intenciones, Martí asume que el Tenerife tiene que ir a buscar su suerte con un planteamiento ambicioso en lugar de esperarla con medias tintas. El primer refuerzo para dar el paso definitivo es Lozano. Vendrán más.