Fue construido en 2004 y hasta ahora no había tenido uso. Así se puede resumir con trazo grueso la singular historia del conocido -por su forma- como el "Tricornio" de Radazul, el edificio que finalmente albergará un centro de la Guardia Civil operativo las 24 horas. Después de años de espera será en los próximos días cuando empiecen las obras de rehabilitación que se necesitan para ponerlo al fin en funcionamiento.

Ayer se citaron en el lugar el alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, y los concejales Jacinto Correa y Fátima Gutiérrez; el comandante de la Guardia Civil Daniel García, y el jefe de la Policía Local del municipio, Blas Henríquez, en una visita previa a unos trabajos cuya adjudicación publicó el viernes el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y que suponen un coste de algo más de 83.000 euros.

Según detalló el regidor local, la planta baja pasará a contar con el puesto para la presentación de denuncias, la oficina de atención a detenidos, los calabozos y unos aparcamientos en los laterales, mientras que en la planta superior se instalará la intranet que el Instituto Armado tiene en sus dependencias de Ofra.

"Es una demanda del municipio y, principalmente, de la zona baja", indicó Gil sobre el recinto, del que el ayuntamiento asume los costes para habilitarlo a las funciones que desempeñará. Será a continuación, una vez que se terminen las obras, cuando se cederá el uso a la Benemérita. Eso último supone, apuntó García, que la Guardia Civil esté en la zona y que, por tanto, los vecinos no tengan que desplazarse hasta Ofra. "De hecho, ya allí no habrá oficina de denuncias para nadie", precisó el comandante.

Junto a lo anterior, la infraestructura abre nuevas opciones a la Policía Local, dado que tanto la oficina de atención a los detenidos como los calabozos podrán ser empleados también por este otro cuerpo. "Estamos encantados porque la coordinación va a ser si cabe mejor", señaló a ese respecto Henríquez, al tiempo que también se detuvo en los traslados que se ahorrarán los rosarieros.

Si bien la obra tiene un plazo estipulado de doce meses, el alcalde informó de que la previsión es que esté terminada antes, con lo que quedaría completamente zanjada una reivindicación que colea desde hace en torno a una década, en paralelo a las críticas acerca de la "nula planificación" que marcó el proceso de construcción del referido inmueble.