El arte se "rebela" para el joven artista grancanario Daniel de la Guardia (Las Palmas, 1992), quien presenta una colección de pinturas en la mitad de la Sala de Arte Contemporáneo de la Casa de la Cultura de Santa Cruz de Tenerife hasta el próximo 2 de febrero, muestra que ha sido visitada por cerca de mil personas.

"No todo iba a ser retórica" es el título que ha elegido para unificar la decena de obras que muestra en esta ocasión, en las que predomina el óleo sobre lienzo. Todas las piezas son de pequeño formato, excepto una, su versión del retrato "El hombre con yelmo dorado" de Rembrandt.

En una de las paredes, el autor ha colocado un texto a lo largo de la sala en el que describe las reflexiones que lo han llevado a realizar esta serie que la crítica vincula con la obra del belga Francis Alÿs, aunque el artista reconoce también cierta influencia iconográfica de Michael Borremans, Jasper Hagenaar y Mircea Suciu.

"No todo iba a ser retórica es una acción contra la escuela de la buena pintura, de la cual se sirve a su vez para entrar en contacto con el espectador. En esta ocasión, transformo los fragmentos de los cuadros clásicos, les doy un pequeño giro y los convierto en escenarios de teatro, en los que interactúan en acciones mínimas con pequeños personajes de hoy sacados de la novela de Gulliver. De fondo está lo que sería el cuadro", aseguró de la Guardia.

Estas meditaciones sobre la historia de la pintura, en las que dominan las referencias claras al arte holandés y francés de los siglos XVI y XVII, defienden la idea de la importancia de la copia frente al original, de cómo cada reproducción puede ser una obra de arte en sí misma, indica Carlos Rivero.

"Desde que empecé a trabajar en mi proyecto creo que para abordar la pintura hoy es más que nunca necesario entrar en contacto con el espectador de hoy. La pintura aporta una visión plástica de la imagen que, a mi entender, debe suponer algo fundamental a la aportación del discurso que acompaña. No puede aislarse como un medio o técnica para buscar el lado ficticio de la imagen, ya que hoy por hoy las imágenes causan cada vez menos repercusión o impacto", según de la Guardia.

Este pintor considera que la pintura que se hace actualmente en Canarias no tiene mucho que ver con lo que se hace fuera. "La retroalimentación existe y los artistas de aquí cuando vamos a las exposiciones vamos a ver las de nuestros amigos, no las de gente nueva. Es como un bucle", matizó.