La diputada Meri Pita, factótum general de Podemos en Canarias, va a tener que ampliar las funciones, competencias y campo de actuación de esa comisión que se ha creado para investigar el presunto fraude cometido en las primarias realizadas por Podemos, por su excompañero, el vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Juan Manuel Brito. Hace unos días se despachaba la parte de la señora Pita explicando que en el proceso celebrado hace un par de años se utilizaron teléfonos y correos falsos para que pudieran votar en las primarias por internet personas que realmente no existen, o cuyas identidades fueron utilizadas sin ellas saberlo. Porque para que se registre un voto o un aval, lo que hace falta es dar un DNI, pasaporte, tarjeta de residente o similar, y aportar un correo electrónico, por si se precisara verificar los datos. Eso permite trampas, claro. Es lo que dan de sí estos nuevos sistemas de democracia electrónica tan en boga en los partidos que cuestionan la democracia formal. Antes se reunían los afiliados en las agrupaciones o comités locales y elegían proporcionalmente a algunos de entre ellos para representarles en congresos, convenciones o comisiones electorales. La gente se veía las caras. Ahora todo es ingeniería y picaresca, votantes inexistentes y trucos para avalar por cuenta ajena. Si son lo suficientemente listos, ganan las primarias los más tramposos.

Eso, ser un tramposo, es precisamente de lo que se acusa a Brito, y va a ser que las prácticas fraudulentas que se han denunciado son ciertas. Pero ciertas por lo que le toca a la propia Pita, mire usted. En medio de la bronca en el partido del amor, y filtrados por interés de parte, ha llegado a alguna redacción una divertida colección de pantallazos de grupos chats de Podemos, guasaps en los que se describe la creación de correos electrónicos para hacer trampa y sumar avales. Los nombres que aparecen en los guasaps son los de Meri Pita y Noemí Santana, y otros cuantos como los de Gonzalo Busquet, del Círculo de Podemos en Lanzarote, y Rodrí Arnaiz, exasesor de Dailos González, consejero insular de Podemos en La Palma y también pareja de la número dos de la candidatura, cesado hace no tanto por González, contra el criterio de Pita, lo que provocó otro cisma podemita. Arnaiz fue uno de los encargados de crear los correos, y en los guasaps se felicitan por haber logrado sumar 149 votos para la candidatura de "Claro que podemos", recopilados entre inmigrantes (miembros de una asociación saharaui de Fuerteventura), a los que se vinculó a correos electrónicos inventados "ex profeso" y a granel. En los guasaps se piden prestados ordenadores para poder crear más correos y enviarlos desde distintas direcciones IP para no llamar la atención.

Todo muy democrático, muy limpio y muy edificante: el partido de Pablo Iglesias, especialista en ofrecer lecciones sobre transparencia y democracia, manifiesta vicios más antiguos que los que el Código Penal identifica como abusos deshonestos. Claro que ellos no tienen que justificar nada: se defienden de cualquier denuncia tirando de tuits, montando campañitas cobardes de insultos virtuales ("sin que entren cargos públicos ni cuentas oficiales", piden en la orden de rebato) y amontonando descalificaciones "ad hominen" contra los periodistas, como un Trump cualquiera o un Pablo Iglesias crítico de moda en abrigos. Y uno se pregunta: si estos hijos del partido del amor son capaces de ponerse así por naderías..., ¿qué no harán si les toca algún día ocuparse de nosotros?