La Universidad de La Laguna (ULL) ha presupuestado este año 210.000 euros en ayudas a alumnos con especiales dificultades económicas, 60.000 más que el año pasado. Además de la propia institución, el Cabildo de Tenerife y las obras sociales de CajaCanarias y La Caixa contribuirán económicamente a sufragar esta iniciativa, explicó Alfonso García, vicerrector de Alumnado de la ULL.

Esta convocatoria de ayudas, que se puso en marcha en el año 2012, tiene como prioridad atender a aquellos estudiantes que por situaciones sobrevenidas no puedan sufragar los costes de estudiar en la Universidad. Por ejemplo, chicos que no puedan afrontar el pago de su carrera porque sus padres pierdan repentinamente el empleo o sufran una enfermedad que les impida trabajar.

El Vicerrectorado de Alumnado creó estas ayudas para paliar los imprevistos de la crisis e intentar paliar el abandono de estudiantes universitarios por motivos económicos. Según la última convocatoria -la de este año aún no se ha publicado-, las ayudas son para cubrir el importe de la matrícula hasta un máximo de 1.500 euros.

La complicada situación que viven aún muchos estudiantes que cursan una carrera en la institución lagunera ha hecho que el vicerrectorado de Estudiantes no solo mantenga las ayudas, sino que haya buscado más fondos para poder incrementarlas.

Las ayudas van dirigidas a los alumnos de estudios de grado o de titulaciones de primer y segundo ciclo que hayan estado matriculados el curso anterior y que acrediten especiales dificultades económicas para afrontar el coste de sus estudios, siempre que esos problemas produzcan un grave desequilibrio de la economía personal o familiar, repercutan negativamente en el rendimiento académico y sus afectados no estén ni puedan ser subvencionados con otras ayudas oficiales.

Se consideran incluidas en el ámbito de la convocatoria circunstancias como la enfermedad grave del solicitante o de algún miembro de la unidad familiar.

La experiencia demuestra que de manera sobrevenida recaen sobre el alumnado circunstancias de fuerza mayor que originan graves situaciones de desequilibrio en la economía familiar que no se contemplan por ser cronológicamente posteriores a los períodos respecto de los que se barema la situación económica para otras ayudas, como es el caso de las becas del Ministerio o la Consejería.