Desde sus orígenes se posicionó en uno de los márgenes menos amables de la industria audiovisual, justo en el extremo en el que la mirada se embrutece para acariciar una realidad que otros géneros suelen endulzar con unas cucharadas de ficción. Cine de carne y hueso. Eso es lo que volverá a ofertar el XI Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora entre el 27 de enero y el 4 de febrero. Su director, Alejandro Krawietz, es un perro viejo a la hora de olisquear esas propuestas que aprietan los corazones de los espectadores que aguardan durante todo un año una agenda que no entiende ni de censuras ni de fronteras. "Siguen llegando cintas de lugares remotos; de sitios de los que no esperas noticias y al final te sorprenden", asegura el responsable de un equipo que mantiene el motor caliente desde hace semanas. "Un festival de esta dimensión no se organiza de la noche a la mañana, sino que es el resultado de muchas negociaciones, en algunos casos abiertas desde la edición anterior, y el buen nombre que tiene MiradasDoc fuera de la Isla", asegura en una conversación de alcance en el que inevitablemente acaban apareciendo las más de 600 cintas que se recibieron procedentes de los cinco continentes.

Los criterios de selección siempre han sido altos, pero con el paso de los años hemos sido algo más selectivos a la hora de fijar la nota de corte, es decir, que un 7,5 de hace cuatro o cinco años no es el mismo 7,5 de 2016", añadiendo que "al principio sí que estamos algo más pendiente de sumar un buen número de películas y la criba no era tan dura como la de las últimas ediciones", rescata.

Krawietz es consciente de que MiradasDoc es una marca reconocida por los creadores de cine con este perfil y, por lo tanto, hoy es más fácil poner unos límites. "La experiencia te enseña a valorar lo que quieres tener en el festival y de entrada sabes que estar trabajando con más de 700 documentales genera una carga de trabajo importante. Eso nos obliga a hilar muy fino a la hora de dar entrada a una propuesta", incide el impulsor de una cita que en su sección oficial entregará cinco premios al mejor documental nacional y la propuesta canaria que el jurado señale como la de mayor calidad, mientras que en el apartado internacional se premiará a la mejor ópera prima, cortometraje y largometraje.

"Insistiendo mucho en lo quisquilloso que nos ponemos a la hora de permitir el acceso de un título a MiradasDoc, lo que está claro es que este año tenemos material de sobra para montar un festival en paralelo de las mismas dimensiones sin que exista el riesgo de ver mermada la calidad del programa que podamos ofertar a los asistentes", exalta Alejandro.

La mirada gruesa que ya se citó al comienzo de esta información domina los contenidos visionados por el comité de selección ajenos a los criterios finales que impondrán los distintos jurados. "Tenemos una mirada muy vitalista. Este nunca ha sido un festival amable a la hora de transmitir los contenidos de las películas, pero precisamente nuestro éxito viene avalado por el generoso repaso que hacemos a la actualidad del planeta", reconoce de una convocatoria que aglutina proyectos que emergieron en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Islandia, Israel, Italia, México... ¡Una auténtica vuelta al mundo en solo nueve días!

Una mirada generosa y novedosa es lo que destila una edición que para Alejandro Krawietz seguirá luchando por "ser un festival de estrenos. Esa debe ser una de nuestras prioridades, aunque no la única. En ese sentido, ya hemos sumado algunas conquistas importantes como las de Ciudad Muerta ("Ciutat Mortat"), un trabajo en el que Xapo Ortega y Xavier Artigas se cuestionan algunas actuaciones realizadas por los Mossos d''Esquadra. Un documental cuya difusión fue censurada en muchos lugares tras ser expuesto por primera vez en MiradasDoc", recuerda antes de abrir una aclaración sobre la diferencia que se establece entre un reportaje y un documental. "Aquí buscamos una mirada que genere una interpretación, una crítica o un diálogo desde el punto de vista del público, es decir, que sean ellos los que juzguen lo que un director les propone... El valor añadido de MiradasDoc es que muestra al público temas incómodos sin perder calidad. Y eso es algo que volveremos a tener muy en cuenta en la edición que está a punto de comenzar", avanza Krawietz de un festival que aportará distintas visiones que maduran alrededor de los movimientos migratorios, la historia de un transexual en una zona rural de México o los desfases de una actriz en plena vejez... Historias igual de dramáticas y personales como las que vivieron los condenados a muertes que aparecían en un exitoso programa de televisión. "Sin perder ese contacto con lo cotidiano, uno de los retos es acceder a los festivales del género más relevantes que se celebran en Europa porque en los últimos años nos hemos alejado de ellos por la crisis. No podemos aceptar que España no esté participando en esas citas porque existen proyectos de calidad como este", argumenta Alejandro Krawietz.

Alejandro Krawietz

Director de MiradasDoc

las cifras

600 películas documentales procedentes de los cinco continentes. Esa es la cifra desde la que se impulsa un festival que solamente en su sección oficial maneja una agenda de más de 70 títulos.

Ocho proyectos canarios optan a uno de los cinco premios que se van a repartir en la XI edición de MiradasDoc. La lista de nominados está formada por los siguientes títulos: "El barbero", "El imperio de la luz", "Isleños. Una raíz de América", "La tempestad calmada", "Montañas ardientes que vomitan fuego", "The Vanished Dream" y "Toute le monde aime le bord de la mer".