La Universidad de La Laguna (ULL) está en el punto de mira por la supuesta admisión irregular de un alumno. El hijo de la vicedecana de la Facultad de Medicina y de un profesor del mismo centro consiguió evitar la lista de espera para acceder a la titulación, que solo oferta cada año 135 plazas y en la que se quedan, por norma, 700 estudiantes en lista de espera. Según fuentes del centro académico, el joven intentó entrar en el cupo reservado para estudiantes con discapacidad, aunque no tenía ninguna reconocida y, al año siguiente, al rechazar la Universidad su petición por estar fuera de plazo, solicitó matricularse a través de una fórmula excepcional que se usa en supuestos para víctimas de "mobbing" o violencia de género y personas que padezcan enfermedades importantes que hayan podido influir en su rendimiento previo.

La historia, adelantada ayer por "El Español", se remonta a hace dos cursos. En octubre de 2015, el decanato de la Facultad de Medicina envió una solicitud al Vicerrectorado de Estudiantes planteando la incorporación de un joven dentro del cupo especial para alumnado con discapacidad. El servicio respondió que no tenía competencias en materia de admisión, pero advirtió de que el periodo de inscripción había finalizado.

Un año después -es decir, a principios de este curso-, el mismo joven intentó entrar en la facultad usando otra vía: el cupo para alumnado que acredite determinas circunstancias que puedan incidir en su rendimiento.

Su madre, la vicedecana de Calidad de la facultad, Rubí Nieves, explicó a este periódico que el joven padece dos enfermedades crónicas, tuvo que ser ingresado en varias ocasiones durante sus años de instituto y cuenta con informes médicos que lo avalan. "Tiene el mismo derecho que cualquier estudiante y acusaciones así no desacreditan a una vicedecana, sino a la institución. Hay una normativa muy estricta. Y, además, los que entran en este cupo también se ordenan por nota".

La comisión de admisión, donde está presente la secretaria general de la institución, Dulce Cairós, dio el visto bueno a la admisión tras un informe psicológico elaborado por orientadores de la ULL. Doscientos estudiantes con mejor calificación que él en la PAU se quedaron fuera por no llegar a la nota de corte, lo que generó críticas.

El año pasado el joven se matriculó en una universidad privada de la Península, pero enfermó y al mes volvió a la Isla. Al regresar empezó a ir a clase en el centro lagunero y los profesores le guardaron las notas a pesar de no estar matriculado. "Recurrimos la primera decisión y estábamos en trámites administrativos. La universidad establece que cuando un alumno está en trámites administrativos tiene derecho a ir a clase y derecho a examinarse. Como no está matriculado el profesorado debe guardarle la nota. Esto no solo ha ocurrido con este estudiante, se da diariamente con muchos alumnos", defendió su madre.

El vicerrector de Estudiantes, Alfonso García, consultado sobre este aspecto, insistió en que la información no es correcta y aseguró a este periódico que no hay ningún alumno en la Universidad de La Laguna que acuda a clase sin estar matriculado y que no se pueden guardar notas a alguien que no es alumno del centro.

La secretaria general del centro, por su parte, defendió la decisión de permitir el acceso de este alumno. Se basa en el real decreto 412/2014 de 6 de junio por el que se establece la normativa básica de los procedimientos de admisión a las enseñanzas de grado. Las universidades tienen la obligación de reservar al menos un 5% de las plazas para alumnos que tengan reconocido un grado de discapacidad igual o superior al 33%, "así como para aquellos estudiantes con necesidades educativas especiales permanentes asociadas a circunstancias personales de discapacidad, que durante su escolarización anterior hayan precisado de recursos y apoyos para su plena normalización educativa".

Más de una treintena de traslados de expedientes son rechazados por la facultad

Según fuentes consultadas por este periódico, Medicina ha rechazado este curso más de 30 expedientes de traslado a alumnos. Los motivos son variados, pero el texto que regula estos procedimientos, ya obsoleto, explica las dificultades para ello, incluso para estudiantes con problemas de salud.

26 alumnos entran a través del cupo de discapacidad

Este curso entraron en la ULL 26 alumnos en el cupo de discapacidad. Las plazas que no se cubren así se vuelven a incorporar a la oferta general.