De las grandes salas al pequeño recinto de una iglesia, ¿la música suena más intimista?

¡Absolutamente! Estar tan cerca del público tiene un gran efecto en la experiencia del concierto, tanto para el músico como para el espectador. Además, al haber un número reducido de intérpretes, la gente tiene la oportunidad de apreciar más las personalidades individuales de quienes tocan, no solo el sonido general de la orquesta. Esto no sería posible con un conjunto de 60 músicos. Naturalmente, la iglesia es uno de los puntos importantes de origen para la música y las tres primeras obras de nuestro programa, todas ellas de Giovanni Gabrieli, fueron compuestas pensando en la atmósfera y en la acústica de las catedrales. La quietud y la tranquilidad de la iglesia en El Hierro también tuvo un efecto positivo en los tres madrigales de Gesualdo di Venosa. Las armonías tuvieron espacio para desarrollarse y los silencios un mayor significado. La música pudo respirar.

¿Qué sensaciones ha percibido en ese contacto más directo con el público?

En un ambiente más íntimo se da una conexión más fuerte con el público desde el instante en que subes al escenario. Un buen ejemplo es la posibilidad de establecer un contacto directo, un contacto visual con cada espectador. Tienes la sensación de que estás tocando para cada persona, algo que es más difícil en un recinto mayor.

¿Cómo traduce la realidad insular? ¿Qué diferencias y similitudes ha advertido entre las islas?

Me han impactado más las diferencias que las similitudes. A partir de ahora no podré pensar en Canarias como un grupo de islas conectadas. Si comparas los paisajes de La Gomera con Fuerteventura o la ciudad de Santa Cruz de Tenerife con las pequeñas comunidades de El Hierro son escenarios tan distintos que podrían haber pertenecido a diferentes continentes. Esta ha sido mi mayor sorpresa.

"En la iglesia, la música pudo respirar"

¿De las grandes salas al pequeño recinto de una iglesia, ¿la música suena más intimista?

Sí, la música ciertamente adquiere una mayor intimidad en un lugar como esta iglesia de Valverde, especialmente a la hora de interpretar obras de autores como Giovanni Gabrieli y Carlos Gesualdo di Venosa. Aunque no fueron escritas para iglesia, encajan y encajaron bien en este ambiente. Giovanni Gabrieli fue el organista principal de la catedral de San Marcos, en Venecia, y por lo tanto estaba muy familiarizado con este entorno.

¿Qué sensaciones ha percibido en ese contacto más directo con el público?

¡Ha sido una sensación muy agradable! Después del concierto tuve incluso la oportunidad de hablar con un grupo de espectadores que residen en la isla de El Hierro. Antes del concierto, daba la impresión de que el público no estaba muy seguro de cuáles eran sus expectativas con respecto al programa. Tras la actuación, pudimos sentir la felicidad y el entusiasmo de todo el mundo.

¿Cómo traduce la realidad insular? ¿Qué diferencias y similitudes ha advertido entre las islas?

Ciertamente, cuando vienes de una ciudad como es Berlín, el primer aspecto que te sorprende sobre un lugar como las Islas Canarias es, lógicamente, el referido al clima; las temperaturas resultan agradables y no varían demasiado en el transcurso del año. Además, las islas del archipiélago son entre sí bastante diferentes, aunque no exista mucha distancia entre ellas.

Teniendo en cuenta que a lo largo de esta gira hemos estado viajando y realizando conciertos casi todos los días, desafortunadamente no hemos tenido tiempo para conocer las islas en profundidad. De todos modos, sí he notado, y de una manera casi inmediata, que tanto la vegetación como la geología de cada una de ellas las hace diferentes entre sí y que cada una tiene un carácter propio.

"¡Ha sido una sensación muy agradable!"