Tomás de las Casas, el vecino del barrio santacrucero de San Andrés que en mayo del año pasado mató presuntamente a su hermano tras asestarle varias puñaladas, se sentará en el banquillo desde mañana acusado de un delito de asesinato.

El fiscal solicita para él seis años de prisión, ya que considera que en el acusado concurren las circunstancias atenuantes de arrebato u obcecación, confesión y arrepentimiento espontáneo.

Paralelamente, el representante del Ministerio Público tiene en cuenta la agravante de circunstancia mixta de parentesco. El juicio se desarrollará en la Sección VI de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife con un Tribunal de Jurado.

El procesado, de 49 años y sin antecedentes penales hasta el día de los hechos, convivía con su madre, de 71 años, que padece un deterioro cognitivo senil en un estadio entre moderado y grave, que hacía precisa la ayuda de una persona para desenvolverse en la vida cotidiana, así como con su hermano, José María. Los tres residían en una casa de la calle La Florida. Tomás presentaba un trastorno ansioso depresivo por estrés, derivado de la convivencia con su hermano, según las conclusiones provisionales del fiscal.

La víctima tenía una fuerte dependencia del alcohol y un carácter agresivo, lo que le llevaba a provocar continuos conflictos con Tomás, con su madre e, incluso, con vecinos del barrio.

El representante de la Fiscalía señala en su escrito que el fallecido no se ocupaba de su madre ni de la vivienda. Y, además, subsistía gracias al sueldo que cobraba el ahora acusado.

El 2 de mayo, Tomás no pudo soportar más la presión de la situación. Había discutido, una vez más, con José María, que estaba bajo la influencia de bebidas alcohólicas. A las 14:40 horas, ofuscado por dicha actitud, Tomás fue a su habitación, cogió un cuchillo de 13 centímetros de hoja que tenía bajo su cama y se dirigió al dormitorio de su hermano. El Ministerio Público señala que, cuando José María se encontraba acostado y sin opción alguna de defensa, su hermano le asestó diez puñaladas en el pecho y el abdomen. Las lesiones de arma blanca produjeron a la víctima un colapso pulmonar y una hemorragia intestinal. A pesar de que Tomás avisó rápidamente a los servicios de emergencias, José María murió.

las claves

El juicio por el asesinato de un vecino de San Andrés a manos de su hermano en mayo del año pasado comienza mañana en el Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife.

El representante de la Fiscalía solicita seis años de prisión para el procesado, Tomás de las Casas, por un delito de asesinato con las atenuantes de arrebato, confesión y arrepentimiento.

La víctima no se ocupaba de su madre, de 71 años y con sus capacidades mentales mermadas, ni de la vivienda; además de que dependía del dinero que ganaba su hermano.

El fallecido estaba acostado cuando recibió 10 puñaladas en el tórax y el abdomen, tras una discusión con el acusado.

Un comportamiento insostenible para todos

El fallecimiento de José María de las Casas se produjo a las seis menos cinco de la tarde del 2 de mayo en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria. Desde el primer momento, Tomás se entregó a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que acudieron a la calle La Florida, en San Andrés. Según el fiscal, el procesado reconoció en todo momento ser el autor del asesinato y mostró desde ese instante un claro sentimiento de arrepentimiento y culpa. Ese comportamiento de Tomás no era una pose. Absolutamente todos los vecinos de San Andrés consultados por EL DÍA tras el trágico suceso coincidieron en que el hoy acusado es una buena persona, trabajador y serio, que nunca ha tenido problemas en el barrio. Los residentes en las inmediaciones de la casa donde se produjo la tragedia sostienen que la situación generada por José María era insostenible, tanto con los familiares con los que convivía como con los residentes en la zona. Como ejemplo, días antes de su muerte violenta, cogió un caldero de comida que había hecho su madre y lo tiró en un cauce cercano. Ocho meses después del asesinato, empieza la vista oral.