Los municipios podrán ver prácticamente "en tiempo real" si un alumno falta a clase o no y decidir, cuando esas ausencias son reiteradas, si es necesario que actúen los servicios sociales. La Consejería de Educación y Universidades está ultimando un decreto para prevenir y regular el absentismo escolar en los centros del Archipiélago. El borrador del texto incluye una aplicación digital que colegios e institutos se encargarán de rellenar con la información de los alumnos y a la que podrán acceder los ayuntamientos. Servirá para tomar decisiones en materia social, pero también para que la propia Administración educativa pueda abordar estrategias para motivar al alumnado, detectar problemas formativos y reducir el abandono escolar.

Los últimos datos sobre faltas a clase sin justificar que maneja la Consejería no son alarmantes, un 1% en Primaria y un 4% en Secundaria, pero sí incompletos. Hacen referencia a etapas educativas, pero no a centros o a zonas geográficas o a cuándo el volumen de faltas es excesivo.

La batalla contra el absentismo no es nueva, pero hasta la fecha no se ha abordado de manera global, lo que ha dificultado la elaboración de diagnósticos y la puesta en marcha de estrategias. El decreto de Convivencia para los centros escolares de Canarias, aprobado en 2011, ya hablaba de absentismo y de la labor que se debe hacer en este sentido. La posibilidad de seguir la evaluación continua, por ejemplo, estaba vinculada a la asistencia regular a clase. De la misma manera, los ayuntamientos, a través de la Ley de Régimen Local, han tenido competencias en este ámbito. El gran reto, que parece que por fin se plantea en un texto normativo, es unificar criterios y compartir información para cambiar la realidad donde haga falta.

Juan Manuel Santana, viceconsejero de Educación del Gobierno canario, considera que el absentismo no es un problema generalizado en los centros de las Islas, pero recuerda que faltar reiteradamente a clase puede ser la antesala del fracaso o el abandono educativo y que "es responsabilidad de las administraciones públicas, principalmente de los ayuntamientos y de la Consejería, controlarlo". En ese sentido, "el decreto que se pretende publicar establece procedimientos que vinculen a todos los agentes implicados, tanto en la prevención, el sistema de información y de control, como también en las estructuras de coordinación y de trabajo que se tendrán que formar entre todas aquellas instituciones que tenemos que trabajar en esa línea", explica.

"Ese es el propósito que se pretende con este instrumento jurídico". "Lo importante es llevarlo a cabo y que todos los que tenemos que ver con la prevención trabajemos en ello, además de la propia familia y los propios centros, que son los primeros en actuar". Más que un problema global de "pellas", lo que se podrá en el futuro es dibujar un mapa del absentismo en Canarias. Es decir, localizar centros o zonas donde haya un índice de faltas más acusado e indagar en los motivos para proponer soluciones.

El viceconsejero reconoce que aunque no ocurre siempre, hay más tendencia al absentismo en los sures de las islas o en áreas donde los jóvenes acaban abandonando los estudios porque tienen más facilidades para encontrar un empleo sin cualificación. No obstante, no es la única causa que explica el fenómeno. Influye el entorno familiar, los amigos y la adecuación al tipo de estudios. La Consejería, de hecho, quiere tener datos también de las faltas de alumnos en etapas postobligatorias, porque sirven para saber si hay problemas de adaptación al estudio, por ejemplo.

El decreto establece distintos tipos de absentismo en función del número de faltas: moderado, si no supera el 15%, grave, si las faltas están entre un 15% y un 50% del total, y muy grave si falta a más de la mitad de las clases.

Santana subraya que la propuesta ha sido presentada ante la Federación Canaria de Municipios (Fecam) para "establecer convenios de colaboración". "El absentismo no es un problema solo de la familia, ni del centro, ni que el alumno tenga que llevar él solo… Es un problema de todos y todos tenemos que trabajar para que el alumno al final tenga el éxito que todos queremos que tenga".

Más coordinación entre las distintas administraciones

El Consejo Escolar de Canarias (CEC) lleva años reclamando que Educación, Políticas Sociales y ayuntamientos se pongan manos a la obra y se establezca un procedimiento general que sigan todos los municipios. Es la forma de combatir el abandono, insisten desde el organismo. Ante la falta de apoyo, el CEC puso en marcha en 2013 la plataforma contra el absentismo escolar de Canarias. En la misma línea se sitúa Eusebio Dorta, presidente de la Federación Insular de Tenerife de asociaciones de padres (Fitapa), convencido de que el absentismo sí "es un grave problema en esta comunidad autónoma". Pedro Crespo, presidente de ANPE Canarias, apuesta por la coordinación y denuncia que, según el director general de Protección a la Infancia y a la Familia, Mauricio Roque, apenas 30 ayuntamientos tienen un protocolo propio para intervenir en casos de absentismo escolar y solo 19 aplican la Ley del Menor". "El director general ha reconocido que, debido a estas cifras, es difícil tener un mapa de toda Canarias", advierte Crespo.