Oriundo de Tenerife aunque afincado en El Hierro desde hace 27 años, Juan Ramón Marcelino, cabeza visible de la candidatura que el sábado ganó con suficiencia las elecciones a la Federación de Lucha Canaria, ya cuenta los días para tomar posesión de su cargo de presidente y empezar a trabajar con el objeto de cambiar radicalmente el deporte vernáculo.

¿Cómo se siente tras el triunfo?

Muy animado porque nuestra labor ha dado sus frutos. Es la primera vez en la historia de la lucha canaria en la que todas las islas dicen "sí" a un proyecto. Eso indica el grado de madurez y necesidad de las personas que están involucradas en este deporte.

¿Por qué cree que la se han decidido mayoritariamente por usted?

Nosotros hemos recalcado mucho la importancia del equipo. Visitamos terreros donde nadie nos podía votar, pero tenían derecho a conocer el programa. Tenemos a una persona de La Gomera. ¿Qué nos aporta en votos? Nada. Si queremos sacar la lucha allí adelante debemos tener a alguien que lo haga. Sin el equipo es imposible que podamos llevar a cabo un trabajo tan amplio como el que queremos hacer nosotros.

Por la necesidad de la que habla, ¿tiene presión?

Me preocupa saber por dónde voy a empezar; hay tantas cosas mal... Tenemos que planificar de manera adecuada.

Pero, ¿qué es lo perentorio?

Hemos perdido un año. No puede ser que un proceso electoral sea tan largo como el que hemos tenido. Ahora tenemos que hacer cuatro cositas para poder terminar la temporada porque está todo planificado. Sin embargo, todos estos meses nos dan la oportunidad de ponernos a trabajar para planificar lo que se va a hacer en la 2017/2018. Lo primero que tenemos que saber es en qué condiciones se encuentra la Federación. Después hay que seleccionar a las personas que van a representar a los luchadores, entrenadores, directivos y árbitros en las asambleas insulares y en la regional. Si ellos no están a la altura de la Junta Directiva que va a entrar, nosotros no vamos a poder hacer absolutamente nada.

Una de las grandes preocupaciones son las competiciones regionales. ¿Las habrá este año?

Hay que sentarse a negociar con las navieras. Hay fórmulas para hacerlo. Por ejemplo, coger el primer barco de la mañana y volver en el último de la noche. Los ahorros son considerables.

¿Cómo quiere que sea la relación con las respectivas insulares?

En nuestro equipo somos 14 personas o 14 llaves que aprietan 14 tornillos distintos. Las federaciones insulares deben ser lo mismo. No podemos ir creando reinos de taifas, donde cada uno hace lo que le parece. Con lo que pasó el sábado, todo el mundo ha dicho que el peso, las clasificaciones, las competiciones... son un problema y lo quieren cambiar. Si una insular no está dispuesta a asumir la responsabilidad de dar esos pasos, nosotros tenemos que ser también responsables de negociar y convencer de que esto tiene que ser distinto porque no ha funcionado.

Clasificaciones, peso y colectivo arbitral. Estos tres temas generan mucha controversia. ¿Cómo se puede lograr un mismo criterio?

Tiene que haber una competición de primer nivel. En mi época se sabía quién era el mejor luchador porque luchaban entre ellos. La clasificación de los luchadores debe ser seria. Hay equipos que son selecciones. Los patrocinadores no se implican porque a las tres jornadas se sabe quién va a ganar. Tenemos que generar esa incertidumbre. Los equipos deben estar compuestos de una forma más equitativa. Planteamos un sistema de clasificación diferente, como el del tenis, mediante un ranking. La clasificación debe ir en función del rendimiento en el terrero. Los presidentes de las insulares no deben intervenir como lo han hecho hasta ahora. En cuanto al peso, queremos que un gabinete médico estudie el asunto. Se planteará una prueba médica y otra física. Hay luchadores que cumplen con la tabla y otros que no. Al final no se ha ganado en espectáculo porque hay muchas eliminadas. Si tenemos la mejor competición, con los mejores luchadores, debemos tener a los mejores árbitros. Tiene que haber un comité regional que dirija a los insulares. Hay que imponerles sanciones si lo hacen mal y premiarles cuando lo hacen bien. También deben ser puntuados para saber quiénes son los mejores.

Ha insistido en que también hay que cambiar la percepción de la lucha que hay en la sociedad.

Cuando nos sentamos con el Director General de Deportes del Gobierno de Canarias le planteamos la necesidad de elaborar un plan estratégico para la promoción de nuestro deporte. La lucha canaria y la educación deben estar unidas. La Ley Canaria del Deporte tiene que recoger una discriminación positiva. El fútbol y el baloncesto no lo necesitan.

¿Qué tiene pensado para El Hierro?

Desde la Federación Canaria puedo hacer mucho más por la Isla que desde la Insular. Las competiciones de estos años en las que han participado los equipos herreños en Gran Canaria y en Tenerife es un trabajo mío personal. No recibí ninguna ayuda de la Regional. Desde la Canaria tengo que trabajar para que sea distinto y que tengan la ayuda necesaria.

¿En cuanto a La Gomera?

Nos hemos equivocado cuando hemos intentado introducir la lucha allí. Tenemos que empezar a plantar la semillita desde el entorno educativo. Si el Gobierno de Canarias lleva a cabo el plan estratégico, el Cabildo de La Gomera apoya esa línea y tenemos una persona que trabaje con las categorías inferiores, en las próximas elecciones quizás haya personas que puedan votar.

¿Qué salto económico puede dar la Federación?

Hay una serie de recursos propios que no se están explotando. Tenemos un museo que no ha generado un solo euro a la Federación en ocho años. Hay gestiones que se pueden hacer en ese sentido para generar ingresos. ¿Cómo puede ser que la Canaria tramite 360.000 euros por licencias y por la gestión de todo ese dinero no haya generado un solo euro en los últimos años? Tenemos que conseguir captar a la gente que no le gusta la lucha canaria.