Domingo, 5 de febrero, a las doce del mediodía. El colectivo Salvemos la Historia convoca ese día a "una gran concentración para hacer una foto histórica" en la cual "nos saquen a todos delante de la Casa de la Pólvora defendiendo su uso inmediato". Es el mensaje, abierto a la ciudadanía, del colectivo que apuesta por "la recuperación de la historia de Los Llanos, El Cabo, 4 Torres y San Sebastián". El coordinador del proyecto, Antonio Martín, recuerda que esta iniciativa resume "un proyecto vecinal apoyado por seis colectivos sociales de la zona". Bajo el lema "Sí a la defensa de los barrios antiguos de Santa Cruz", los organizadores toman como eje el acuerdo unánime del pleno municipal del 30 de abril de 2015.

Ese documento establece cinco puntos. Desde convertir la Casa de la Polvora en espacio cultural, museístico- para exponer, conservar y difundir la memoria y la historia de esos núcleos- y de investigación -vinculado a la ULL- a valorar el Patrimonio Histórico y ponerlo al servicio de los ciudadanos y el desarrollo de Santa Cruz.

Por último, "como forma de participación social, institucional y vecinal en la gestión del futuro Espacio Casa de la Pólvora".

Martín apunta: "Queremos que sea una jornada de reivindicación y toma de conciencia popular de que debemos cuidar y disfrutar del patrimonio y nuestros barrios".

Durante el pasado 2016, añade Martín, "los vecinos seguimos recogiendo la historia oral de los cuatro barrios del margen derecho del barranco de Santos. Sin ninguna filiación política. La concejala de Patrimonio (Yolanda Moliné) ha aceptado dar un pequeño pasito hacia esa recuperación. Hemos planteado un curso de formación en fuentes orales impartido por un especialista y dirigido a los alumnos de bachillerato del IES Alcalde Bernabé, junto a La Recova, para que los propios chicos sean investigadores. Además tenemos unas buenas relaciones con la facultad de Antropología de la ULL y queremos estrechar lazos con el equipo de la Casa Lercaro".

Martín concluye con el inevitable recuerdo: "En 1958 se aprobó el plan parcial de la avenida marítima. A partir de ese momento comienzan las expropiaciones y expulsiones de 800 familias de los barrios de la zona (hoy llamada Cabo-Llanos) a la periferia. Proceso que llega hasta la década de los 70 del siglo XX. Después de echar a las personas de su tierra y su lugar de vida, la especulación estaba servida. Recalificaciones, revalorizaciones, compras de terrenos a precios miserables...".